Punto de vista de Dorothy:
—¡Buenas tardes, Dorothy!
Selma siempre estaba tan llena de energía.
Guardé el libro. —Buenas tardes, Selma. ¿Hay algo con lo que pueda ayudarte?
—Oh, uh... —se rascó la cabeza con nerviosismo y dijo con una sonrisa—, hay algo…
—Hablemos en el camino —me llevó hacia la ciudad—. Conozco una muy buena tienda de pancakes. ¿Tienes hambre? Podemos tomar el té de la tarde juntas.
—De acuerdo —dije.
Debería llevar a mi amiga a casa. Después de todo, estaba a solo unos pocos cientos de metros de nosotras. Pero no quería volver. Probablemente, Selma notó mi comportamiento inusual. Quería decir algo, pero se contuvo. Al final, no preguntó nada.
Me gustó ese entendimiento tácito porque no quería decir nada.
Sentada en la tienda de pancakes, jugueteaba distraídamente con el jarabe de vainilla y pregunté:
—¿Es algo urgente?
