Punto de vista de Yarin:
Azazel se acercó a la ventana para que pudiera ver el escenario afuera.
Bajo la brillante luz de las lámparas de la calle, una capa de nieve cayendo parecía aún más cristalina. No muy lejos, unas cuantas tiendas que se suponía eran bastiones temporales permanecían silenciosas. No había rehenes, guerreros hombres lobo, ni nadie que conociera.
El carro todavía estaba aparcado al lado de la calle. Claramente, no se habían ido.
—¿Qué hiciste? —El temor que antes podía ignorar ahora llenaba gradualmente mi corazón—. ¿Qué les hiciste? ¿A esos rehenes y guerreros hombres lobo?
—Yo no hice nada, hijo. Tienes que preguntarte qué les hiciste tú —se alejó de la ventana y salió de la oficina.
En la puerta, vi una figura familiar tendida en el suelo. Era la Tía Eve.
Tenía los ojos fuertemente cerrados y su respiración era estable. Su cuerpo no tenía lesiones mortales, como si estuviera dormida.
Era tan similar a Lily.
