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Punto de vista de Yarin:
En el momento en que dejé de luchar, un gas negro brotó de mi nariz y boca.
Mientras Karter se reía emocionado, gradualmente me derretía y era impregnado por la sangre negra. Luego, fui moldeado en una forma bajo la niebla negra.
Después de una cantidad desconocida de tiempo, caí al suelo. Sentí como si un rodillo compresor hubiera aplastado todo mi cuerpo. No podía usar ninguna fuerza e incluso no podía levantarme.
Pasos se acercaron a mí. Era Karter.
—Realmente... Perfecto —se arrodilló frente a mí y extendió sus manos pero dudó y se detuvo a medio aire. Al final, suspiró—. Mi maestro, mi verdadero dios, no puedo esperar a ver tu descenso.
La fría temperatura de sus dedos me hizo sentir un escalofrío. Luché para retroceder, pero en el siguiente segundo, mi cuerpo se movió por su cuenta.
El crujido de los huesos hizo que se me erizara el cabello y que mi corazón doliera aún más.
Obviamente, no era yo quien me hizo levantar, sino...
