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Punto de vista de Yarin:
En el salón, la gente conversaba en voces susurradas.
La tía Dorothy revisaba a todos cuidadosamente para asegurarse de que no hubiera rastros de brujería en ellos. El mayordomo comenzó a llamar nombres de acuerdo con la lista. Cuando leyó un nombre, una sirvienta familiar salió.
—¡Stacy!
La bajita y robusta sirvienta levantó la mano para señalar. La reconocí de un vistazo como la sirvienta que entregó el paquete y rápidamente la detuve.
Bajo la expresión nerviosa y perpleja de Stacy, la llevaron a la despensa donde yo estaba.
—Señorita Stacy, por favor no tenga miedo. Quiero que confirme si fue usted quien me envió este paquete por la tarde. —Le entregué la caja de entrega maltrecha.
Stacy la tomó con cuidado y la miró durante mucho tiempo antes de responder.
—En efecto, fue una entrega que envié para usted, Su Alteza. Pero no podría confirmar si fue esta. No la miré detenidamente entonces, y mi impresión sobre ella es muy vaga.
