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Punto de vista de Yarin:
La manera en que Tía Dorothy me estudiaba era muy simple y rudimentaria: miraba mi futuro y sabía qué iba a suceder.
—Pero aún así, no soy optimista al respecto —dijo—. No puedo ver a través de tu madre porque un cuerpo mortal no puede ver a través del destino de un dios. Y tú, Yarin, también podrías ser considerado hijo de un dios, así que no sé si puedo verte o si puedo verte correctamente.
—¿Pero acaso no eres como Mamá? —Yo conocía la conexión entre Tía Dorothy y mi madre en la vida pasada. No era un secreto en nuestra familia.
—Por eso no puedo verme a mí misma, querido.
Tía Dorothy siempre se volvía misteriosa cuando usaba el Ojo de Perspicacia, haciendo que la gente no se atreviera a mirar esos ojos profundos y sin vida.