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Punto de vista de Yarin:
¡Realmente era un idiota!
Estaba tan molesto que quería darme unos cuantos puñetazos.
El camión de basura había desaparecido al final de la calle. No podía importarme menos la mirada de los demás, pero ya se había ido en la intersección.
Esta era una intersección de tres vías. No sabía por cuál de ellas había ido el camión de basura.
Al ver que la oportunidad que estaba a punto de llegar a mí había pasado, mis ojos se calentaron y casi lloro.
Un hombre no debería llorar fácilmente, ¡pero la estimulación provocada por los altibajos era demasiado!
Afortunadamente, no había mucha gente en la calle, así que no perdí demasiado la dignidad.
—¡Pío, pío! ¡Pío, pío!
Un gorrión de repente aterrizó en mí mientras levantaba la esquina de mi ropa para secarme las lágrimas. Este pequeño ser picoteaba mi cabello muy naturalmente. No dolía, pero era un poco cosquilleante.
