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—Ya es muy tarde. Señorita, es mejor no salir —dijo respetuosa e incuestionablemente la sirvienta desconocida que inmediatamente bloqueó mi camino.
—¿Mi madre te dijo que hicieras esto? —la miré fijamente—. ¿Ella no me dijo nada y luego ordenó a todos vigilarme?
La sirvienta silenciosamente bloqueó la puerta. Esta era su respuesta.
No tenía intención de complicarle las cosas a una trabajadora, así que me di la vuelta y me fui. Este era un truco que mi madre solía usar. Ella sabía exactamente con quién estaba resentida, así que le encantaba usar a todo tipo de personas inocentes para hacerme someter. Siempre estaba en desventaja contra mí, pero le resultaba fácil usar a otros.
Como mi padre, estas dos figuras de alto rango finalmente pudieron ver algunas de las antiguas marido y mujer en este aspecto.
