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—La luna se volvió pálida y débil, y el alma maníaca de Julie se volvió inestable de nuevo. Julie luchaba dolorosamente en la jaula, tratando de mantenerse despierta por todos los medios, pero no podía resistir la llegada del caos. Solo le importaba una persona, Sisley, parado en la esquina como si fuera invisible. Seguía mirándolo hasta el último segundo antes de perder la razón. Sus ojos eran tan tristes y tiernos, como una madre que había perdido a su hijo y lloraba frente a la foto de su hijo. Finalmente, la Julie sobria desapareció, dejando solo un alma violenta y confundida en la jaula, tratando dolorosamente de encontrar un camino de regreso en la niebla.
—El Maestro Kevin había regresado a la habitación en algún momento —dijo con voz grave—. Por favor, deja el resto en mis manos. Julie no está segura ahora. Por favor, aléjate por ahora, Su Alteza.
