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Punto de vista de Selma Payne:
Que me dieran una lección de moral con aspecto de una niña de apenas dos años era una escena bastante cómica. Sin embargo, no podía sonreír porque sabía que Cynthia tenía razón.
Me había debilitado, y me había vuelto más indecisa con el paso del tiempo.
Cynthia me miraba con calma. Sus ojos almendrados no transmitían ninguna de las inocencias de un niño. En cambio, era tan racional que incluso a mí me costaba mirarla directamente.
Ella dijo:
—Comprendo tu preocupación por mí, pero Madre, la probabilidad de que esto ocurra es incluso menor que si comprara un boleto de lotería y ganara el primer premio. Para prevenir esa una en diez mil posibilidades de un accidente, ¿renunciarás al noventa y nueve mil novecientos noventa por ciento restante de sobrevivir?
