Punto de vista de Selma Payne:
—Entonces, no tenemos nada de qué hablar —estiré mis músculos—. ¿Sabes que hoy lucharemos hasta la muerte, verdad?
Anteriormente, aún tenía la esperanza de obtener algo de información de Locke, pero ahora, mi única esperanza era que muriera rápidamente. Era una bomba de tiempo en toda regla. Un segundo más de vida causaría muchos problemas.
—Mi querida princesa, ¡creo que a mi Señor le gustará mucho tu alma! —Locke se rió mientras se abalanzaba sobre mí. Su cuerpo ya corpulento experimentó otro gran cambio en pocos segundos. Espinas óseas afiladas y gruesas sobresalían de sus articulaciones como espinas de pescado, unas alas recubiertas de una fina membrana surgían de su espalda, y sus afilados colmillos venenosos brillaban con una luz verde que hacía temblar.
