Punto de vista de Selma Payne:
Después de nuestra insistencia repetida, mi padre accedió.
Sin embargo, esto era solo una de las varias montañas. Mi madre no me permitiría correr el riesgo, sin importar qué. Al final, solo pude decir:
—Si no lo hago, moriré.
Mi madre se quedó tan impactada que no pudo evitar llorar.
No quería revelar esta cruel realidad, pero no tenía elección.
—Hasta ahora, todos los métodos han sido inútiles contra mi mutación. Incluso las runas de purificación son como un vaso de agua en un carro de leña ardiendo si solo se dibujan en mi piel.
—Si no hago nada, mi muerte será inevitable. Dado que ese es el caso, ¿por qué no intentarlo? Quizás esta sea mi única oportunidad de supervivencia.
Mi madre parecía estar al borde del desmayo, pero al final, aún así aceptó.
—No abandones a mamá, bebé —dijo con tristeza—. No quiero nada. Solo tengo una solicitud, querida. No abandones a mamá de nuevo. Te lo ruego.