```
La señora Yue expresó inmediatamente que quería ir y se dirigió directamente al hospital.
Al final, escuchó a un joven doctor decirle a Yue Ze —Esto puede ser un asunto grande o pequeño. Aún necesitamos hacer más exámenes para confirmar.
Las piernas de la señora Yue se debilitaron —Doctor, ¿qué le pasó a mi hijo?
Esta doctora era Lin Wenyu. Dijo solemnemente —Hay un quiste en su cuerpo. No sé si es benigno o maligno.
—¿Qué significa benigno? ¿Qué significa maligno? —preguntó la señora Yue con ansiedad.
—Si es benigno, está bien con tal de que se remueva. Si es maligno, es cáncer —dijo Lin Wenyu.
—Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿Qué debemos hacer? —la preocupación era evidente en la voz de la señora Yue.
Lin Wenyu no pudo responder a esta pregunta. Sacudió la cabeza y se fue.
La señora Yue quería culpar de todo a Lv Shan, pero al ver a su hijo así, no pudo decir nada.
Este era su único hijo, y había depositado todas sus esperanzas en él.