—También podemos tener algunos premios. Quienes ganen serán recompensados. ¿Qué les parece? —Tang Yue quería deliberadamente hacer quedar bien a Du Jinghao. Ella quería hacer ver mal a Su Bei, por lo que avivó el fuego.
—Claro, podemos hacer una apuesta. Señor Lu, ¿qué opina al respecto? —Du Jinghao inmediatamente dijo.
—¿Por qué no me dices en qué quieres apostar? —Tang Yue preguntó con una sonrisa.
—Si gano, quiero tener una cita con Su Bei —Du Jinghao no esperó a que Lu Heting estuviera de acuerdo y dijo.
Todos se quedaron impactados con sus palabras. Nadie esperaba que Du Jinghao, que había estado en silencio toda la noche, en realidad había estado conteniendo su enojo.
Ou Huanwei no pudo evitar exclamar:
—¡Jinghao! ¿Cómo puedes hacer esto?
Elle no quería que su hijo estuviera con Su Bei.
Du Jinghao miró fijamente a Lu Heting.
—¿Te atreves, señor Lu? —La provocación era muy fuerte.
