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El amor y la compañía que recibió de estas personas en su infancia y juventud nutrieron la vida de Su Bei después de aquello.
Ahora que tenía su propia familia, comenzó a extrañar esos tiempos.
Lu Heting extendió la mano y cubrió el dorso de la suya como si quisiera protegerla.
Su Bei alzó la vista y le sonrió. —Lo sé, solo estuve distraída por un momento. Simplemente aún no sé cómo enfrentar esta situación. Pero no te preocupes. Pase lo que pase, puedo manejarlo.
—Estaré a tu lado —dijo Lu Heting con solemnidad—. Asegúrate de que la familia Tang no te reconozca durante la ceremonia de premiación.
Él entendía lo que ella pensaba, y ella también.
Si la familia Tang no la reconocía incluso después de mucho tiempo, eso significaba que el mayor obstáculo era Tang Yue.
