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—Lv Shan tenía miedos persistentes y estaba de mal humor —fue a otro hospital para un chequeo y afortunadamente, el doctor dijo que ella y el niño estaban bien.
—Yue Ze no esperaba que el esposo de Su Bei fuera tan indomable y la mimara tanto a Su Bei. No era de extrañar que Su Bei se casara tan temprano.
—Ustedes vuelvan primero. Yo acompañaré a Lv Shan a casa —dijo él.
—Sí, deja que Yue Ze me acompañe. Es más seguro tener un hombre a mi lado —dijo Lv Shan no queriendo que la pareja tuviera problemas por ella.
Su Bei solo pudo estar de acuerdo.
—Lv Shan miró el coche de Su Bei y Lu Heting alejarse con ojos agradecidos. De hecho, si Su Bei hubiera aparecido un segundo más tarde, el doctor ya habría inyectado los anestésicos en su cuerpo.
Fue Su Bei quien protegió a su hijo.
Yue Ze extendió su brazo para apoyarla. Justo en ese momento, Lv Shan se sintió mareada y cayó.
—Yue Ze la cargó por las escaleras —luego se enteró de que ella no había comido mucho hoy.
