—Mi querido bebé, gracias. Te amo.
Gun Gun estaba tan feliz. Fue precisamente por él que Bei Bei pudo dormir tan bien. Solo cuando dormía bien su humor mejoraría.
¡Sus acciones habían aportado valor!
Lu Heting parecía decir:
—Yo también quiero un beso.
Da Bao pensó: «Es tan bueno tener a Gun Gun aquí. Alguien puede ayudarme con el entusiasmo de Su Xiaobei.»
Lu Weijian pensó para sí mismo: «Realmente soy como un plato de pescado en escabeche, agrio y redundante.»
Lu Heting continuó expresando en su cara:
—Toda la familia puso esfuerzo. ¿Por qué solo Gun Gun recibe besos y abrazos?
La Tía Chen les sirvió el desayuno y dijo:
—Todos pueden desayunar ahora.
En la mesa de comedor.
Lu Heting preguntó:
—Señor Weijian, ¿qué hace aquí?
Lu Weijian comió de una manera reservada, manteniendo su apariencia de jefe. —Tengo algo que discutir con Da Bao.