—Ya no soy la Su Bei del pasado a la que golpearás y regañarás como te plazca. En el pasado, podía permitirte que me acusaras falsamente, ¡pero ahora nunca más toleraré eso! —Su Bei agarró su muñeca con fuerza.
—Su Xingfu no pudo liberarse del agarre de Su Bei.
Estalló de rabia por la humillación. —¡Hija desobediente! ¿Cómo pudo la familia Su tener una hija como tú? Empujaste a Huixian y provocaste su aborto involuntario. ¿Cómo te atreves a levantar la mano ahora contra tu padre biológico?
Al oír que Su Huixian realmente había tenido un aborto involuntario, Su Bei se quedó atónita por un momento. Pobre bebé.
Sin embargo, no tenía ninguna simpatía por Su Huixian.
—Era como la que sentía por su padre.
Xiao Rou se apresuró a acercarse y dijo:
—Vamos a hablar tranquilamente. No peleen, no peleen.
Sin embargo, sus palabras no tuvieron efecto.
Convocó a los guardias de seguridad, quienes se apresuraron a detener la pelea.
