—Finalmente, Su Bei acomodó a Lu Heting en la cama de la que salió sudada por todo —recalcó ella—. Cuando salió, la Tía Chen la miraba con una sonrisa.
—La Tía Chen realmente apreciaba a Su Bei. Su Bei no era apresurada, arrogante ni dura. Además, siempre tenía algunos planes en su mente y podía pensar en maneras de resolver problemas.
—No entendía por qué Lu Heting no la llevó de vuelta con la familia Lu y tampoco la llevó a ver a la Sra. Lu. Además, Lu Heting incluso le pidió que no mencionara esto frente a la Sra. Lu por el momento.
—Realmente no podía entender los pensamientos de estos jóvenes.
—Gun Gun corrió para ver a su papá por un rato, y luego volvió para traerle un vaso de agua seriamente —dijo Su Bei—. Su Bei se divirtió con su acción. ¡Qué buen hijo! Podía imaginar que su madre debía ser una mujer bien educada y razonable, suave y generosa, y muy guapa, para poder tener un hijo como Gun Gun.