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Luo Li creía que era imposible recuperar las fotos de esta tarjeta de memoria, sin importar cuán hábil fuera el técnico.
Así que puso una sonrisa muy relajada y miró de reojo a Su Bei. La expresión en su cara parecía pronunciar el fracaso completo de Su Bei.
En realidad, no tenía que negar que había encendido la cámara. No había evidencia para probar lo que hizo, así que Su Bei siempre sería la principal sospechosa.
Y Su Bei también se convertiría en una artista femenina objeto de burla para los internautas.
Quizás, hoy, ella presenciaría el comienzo de la resistencia de todos hacia Su Bei.
—Bueno, puedes salir primero. Te informaré si hay alguna noticia —dijo Wei Lan después de tomar la tarjeta de memoria de Luo Li.
Luo Li miró a Su Bei una vez más antes de darse la vuelta y salir de la oficina. Pensó que Su Bei ya no podría aparecer en la portada porque Wei Lan la sospechaba.