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—Lu Heting, ¡Piedra Lin! —Su Bei había seguido a Lin Yu—. Me preguntaba dónde habías ido. ¡Así que ustedes estaban susurrando aquí! Lu Heting, ¿cuándo llegaste?
La expresión de Lu Heting no cambió. —Estaba pasando por aquí. Quería echar un vistazo y esperarte a que terminaras el trabajo.
Su Bei sintió que su corazón se ablandaba. Se acercó y tomó su brazo. —Entonces tendrás que esperar un poco más. Todavía tengo una escena importante que rodar.
—¡Su Bei, que espere en el coche! —Lin Yu ya no podía soportar la presión.
—¿Por qué? No es como si fuera una escena vergonzosa. ¿Qué problema hay con que Lu Heting se quede a ver? Además, hace mucho frío afuera. Es mucho más cómodo en el set —dijo Su Bei protectoramente.
Lu Heting sonrió y miró a Lin Yu.
Lin Yu no lo podía creer. Se suponía que fuera una escena donde él demostrara su afecto, pero ahora estaba presenciando las muestras de cariño entre esos dos.