Yasmin miró a Talia. —¿Quieres sostenerla?
Talia se alertó. —¿Yo?
—Eres la tía de Valeria —le recordó Yasmin a Talia.
Talia miró a Damon, quien le sonrió.
—Adelante —dijo Damon.
Él estaba parado a un lado e imaginando cómo sería unos meses en el futuro, Talia en una cama como esa con su cachorro. Era la mejor imagen mental posible.
Talia se frotó las manos antes de tomar suavemente al bebé en sus brazos. Valeria solo llevaba un pañal y un gorro; una pequeña criatura indefensa y frágil.
—Asegúrate de sostenerle el cuello —dijo Axel desde el otro lado de la cama.
Talia sabía qué hacer. Desde que se enteró que Yasmin estaba embarazada, Talia vio videos sobre embarazos, partos y bebés, para poder ser la mejor tía posible. Y aquí estaba, sosteniendo a su sobrina. Valeria.
Talia estaba emocionada. La pequeñita era tan ligera y Talia estaba segura que su juguete de peluche, Blackie, pesaría lo mismo.
—Mira qué linda es —dijo Talia a Damon, quien asentía de acuerdo.