~ La manada de aulladores oscuros ~
Damon aparcó el coche frente a la casa de la manada y miró a Talia.
—¿Qué pasa, gatita?
Él podía sentir su ansiedad.
—No es nada.
—Dime —la animó a hablar.
—Estoy nerviosa por ir allí.
Damon la vio señalar la casa de la manada, y no entendió.
—¿Por qué?
—Porque... todos saben que estaba en celo y que tuvimos sexo.
Los labios de Damon se movieron y luego soltó una carcajada sincera.
Talia normalmente disfrutaba cuando él se reía así, pero su timing era inoportuno. Era una cosa hacerlo en la privacidad de su dormitorio, pero estuvieron atrapados en esa cabaña durante una semana entera mientras muchas cosas les esperaban en casa. Talia solo podía imaginarse a Maya diciendo: 'Lo siento, el alfa y la luna no están disponibles en este momento porque están ocupados'.
¿Cómo puede Talia mirar a la gente a los ojos después de eso?
Ya que estaban en el tema del sexo y los cachorros, Talia le pidió a Liseli que no divulgara un posible embarazo.