Talia se apresuró a entrar en la cocina.
Después de su ejercicio, charló con Maya, Keith y otros en el salón del centro de entrenamiento, fue divertido, pero ahora llegaba tarde.
—Perdón, perdón... —dijo Talia jadeando mientras entraba en la cocina—. Fui directamente a la puerta de la despensa que tenía un gancho en el interior con delantales colgados.
—¿Por dónde empiezo? —Talia comenzó a atarse el delantal alrededor de ella y preguntó a Stephanie.
Talia se detuvo ante la vista de Stephanie que estaba cortando carne, y dos Omegas. En su prisa, Talia no notó a otras dos mujeres en la cocina.
—Me alegro de que estés aquí, Talia. Podríamos usar unas manos extra. —dijo Stephanie y señaló con su barbilla a las Omegas—. Esa es Dawn.
La joven con el corte de cabello pixie rubio que estaba pelando patatas asintió.
—Esa es Zina —dijo Stephanie—, y la pelirroja con el cabello recogido en un moño, que estaba en el lavabo lavando vegetales, miró a Talia y asintió.