Grady miró a los hombres lobo a su alrededor y maldijo internamente cuando se dio cuenta de que la única que no lo miraba con malicia o desprecio era Varya.
Si hubiera sabido que las cosas terminarían así, se habría quedado en el pueblo humano y no habría buscado hombres lobo. Pero entonces… si hubiera hecho eso, no sería capaz de inhalar el olor adictivo de la mantequilla de maní y sentir la bondad de las chispas que venían con el toque de Varya.
A Grady no le importaba Tristan y definitivamente no le importaban estas personas que lo rodeaban. La única persona que le importaba era la morena a la que conocía como Varya, y ella quería estar con él, pero las cosas se complicaron y necesitaba usar su ingenio para salir con vida y con su compañera.
—¿Qué tal si haces preguntas y luego decides si me creerás o no? —preguntó Grady.
Todos miraron a Maddox, quien tomó esto como su señal para comenzar.
—Cuéntame sobre tu misión. ¿Por qué viniste aquí? ¿Cuándo? ¿Cómo? —dijo Maddox.