—Agradezco tu preocupación, Talia —dijo Axel—. Pero Evanora dijo que será de igual valor y estoy listo para ello. Como un Alfa, aprendes que a veces necesitas tomar decisiones difíciles, pero esta no fue una de esas.
La barbilla de Talia tembló. —Oh, Axel… —sollozó—. No es justo que yo haya conseguido un hermano y tú ya tengas que renunciar a cosas por mí. ¿Cómo podré alguna vez recompensarte?
Axel rió entre dientes. —No me sorprende que Damon se apegara a ti así. Sabía que serías una Luna increíble. Siempre pensando primero en los demás —tomó su mano y la apretó—. Lucha por lo que es tuyo y sé feliz, Talia. Así es como me pagarás. Y cuando llegue el momento de pagar la tarifa, si no estás de acuerdo, lucha también por mí.
Evanora soltó una carcajada. —Así no es como funciona.
Axel levantó la barbilla desafiante. —Pero eso es exactamente cómo funciona. El trato es que te pagaré un valor igual, y lo haré. No puedo hacer nada si mi hermana viene a recuperarlo.