Nota del autor:
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—¿Cuánto trabajo te queda para hoy? —Talia le preguntó a Damon mientras masticaba una ala de pollo—. La carne era tierna y muy sabrosa, dulce y picante con un olor ahumado, pero con toda esa salsa, era increíblemente desordenado.
—Si pudiera ver el final de esto, estaría planeando unas vacaciones —Damon dijo honestamente—. No importa cuánto trabaje, más vendrá a su camino. —Mientras estamos en el tema de las vacaciones, ¿lo has pensado? Podemos ir a cualquier lugar que quieras.
Talia recordó que Damon dijo cómo la llevaría de vacaciones. El hecho de que lo volvió a mencionar significaba que no estaba bromeando. ¿Verdad?
Talia pudo sentir el calor en sus mejillas aumentando, y esperaba que la baja iluminación en el restaurante ocultara su rubor al menos un poco. —¿Qué tal un bosque? Un lago sería bonito. Algo... privado.