Zina estaba bailando con Owen, pero no podía evitar mirar a las parejas que danzaban a su alrededor.
Suspiró de forma dramática.
—¿Hay algo mal, ángel? —preguntó Owen.
—Todos están teniendo bebés menos nosotros.
—¿Quieres cachorros?
—¿Tú no? —respondió Zina con una pregunta.
Owen la miró seriamente. —Podemos trabajar en eso después de esta fiesta.
—Contaré con eso, General Owen.
Owen infló su pecho con orgullo. Le encantaba cuando Zina usaba su título. Solo él sabía por qué entrenamientos y pruebas infernales tuvo que pasar para mantener ese título. Pensó que estaba trabajando duro en la Manada de la Luna Roja, pero solo después de entrenar personalmente con Jorge y Damon, Owen se dio cuenta de que había varios niveles que tenía que escalar para considerarse capaz.