—Malachi —observó cómo la sangre goteaba de las manos de Ravina y no podía negar que le dolía incluso cuando a ella no parecía dolerle—. Volver aquí, ver la devastada y torturada mirada en los ojos de su hermano y recordar a su hermana le dio la fuerza para resistir cualquier atracción que esta mujer intentaba usar contra él.
—Malachi no quería creerlo —No quería creer que ella llegaría al punto de torturarlo usando esta debilidad contra él porque entonces... ¿qué sería de él? ¿Qué se supone que debía hacer más que apartarse de la parte que la identificaba como su pareja de cría y vivir como un hombre incapacitado por el resto de su vida? No, no incapacitado. Estaría mentalmente deformado.