"Desde la perspectiva de Azul
El momento en que esas palabras salieron de su boca, mi cuerpo se tensó por completo. Lo miré tratando de leer la expresión en su rostro.
No sonreía en absoluto, sino que había una frialdad inflexible con una sombra de algo que no podía entender del todo. Aunque no sonreía mucho, esta vez, su rostro inexpresivo parecía peligroso, como el fuego ardiendo profundamente en sus ojos, justo como el fuego que yo sentía dentro de mí.
—Quitemos las cosas innecesarias de nuestro camino —dijo.
—¿Q-Qué?
—Comencemos con estos pasadores —dijo. Sus manos se movieron hábilmente para deshacer mi trenza y quitarse esos pequeños pasadores elegantes. Los clips tenían pequeños diamantes en ellos y el cuerpo estaba hecho de oro. Puso los pasadores en el tocador y mi pelo se desparramó por mi espalda.
—El ungüento, parece que no lo necesitas.
—¿Qué?