—Sí, ella es mi suegra.
—¿Tu qué? —preguntó George—. Pensé que dijiste que la boda no estaba finalizada. ¿Ya tenían un certificado de matrimonio antes de la boda principal?
Lauren frunció el ceño—. ¿Por qué siento que estás celoso?
—¿No me está permitido estar celoso? —George se quejó—. Al menos permíteme disfrutar de este pequeño lujo ya que decidiste dejarme por un hombre que no se preocupa nada por ti.
—Steffan sí se preocupa por mí —se defendió Lauren.
George se inclinó hacia atrás en su silla y un destello travieso brilló en sus ojos mientras sorbía su café—. ¿En serio? ¿Cómo es que no lo he visto demostrarlo? En cambio, él está ocupado paseando por la ciudad con una cierta amiga femenina cuya agenda es muy obvia para todos, excepto para la presa.
Inclinó la cabeza hacia un lado con una expresión pensativa—. ¿Cómo es que se llama ella?
Lauren rodó los ojos—. Vamos, George, Steffan acaba de volver al trabajo y no tiene tiempo para todo eso —dijo Lauren.