Conversaron sin cesar hasta que Kathleen llegó al estacionamiento del jardín de niños. No tuvieron que esperar mucho antes de que los niños salieran a encontrarse con ellas en la zona de recogida.
—¡Mamá! —Los dos niños corrieron hacia adelante y fueron atrapados en el abrazo de su madre.
Después de su pequeño momento de unión, Kathleen tomó sus manos y se dirigieron al coche.
Junto al coche vieron a una hermosa tía con largo cabello negro brillante que caía sobre sus hombros.
Dos preciosos hoyuelos aparecieron en las hermosas mejillas de Lauren cuando vio a los dos niños mirándola con incredulidad.
La primera en reaccionar fue Eleanor que preguntó con voz escéptica,
—¿Tía Lauren?
—Esa soy yo, cariño, ¿te sorprende verme? —sonrió mientras se agachaba y levantaba a la asombrada Eleanor en sus brazos.
Sólo habían hablado con ella por Skype y esta era la primera vez que se encontraban físicamente.
Eleanor asintió vigorosamente a la pregunta de Lauren y continuó mirándola.
