El ladrón y el sendero. Vamos al planeta de la diversión: Grand Park, un lugar de maravillas. -
Es un laberinto interminable, aquí nos perdimos todos entre actividades lúdicas y malhechores que buscan asesinarnos.
- ¿Qué fue lo que hiciste?
- Lo de siempre algo totalmente infrecuente para que mi público no se aburra. Aproveché un instante, para quitar una de las esferas del disco. En el peor de lo casos no podrán utilizarlo.
- Eres bastante mañoso.tu publico en algún momento se va desesperar contigo y tus alocadas artimañas de índole extraordinarias– Confiesa Caciope con latente mordacidad. –
¿Desde cuando supiste de Hefestos?
- Ya veo..esa reticencia de ti..Se asemeja mas a una especie de desvelo por tu servidor - Le responde con sutileza Noir.
- ¿Jaaa? - ¡¡No seas payaso!! –Responde Caciope – Si tuviera angustia es por la pérdida de mi libro, no por tu pérfida figura.
- Que frigvola…¡¡Admitelo!!…mujer frigida– Dice el looter, ocasionando que Caciope produzca una mueca con un rostro endiablado. -
- Oigan..siento decirles que sus peleas de enamorados..
Distorcionan la comunicación – Explica Louis. -
- ¡¡Si..!! ¡¡Ya dejen de hacer eso!! – Se enfada Lerna. -
- ..Retomando..Lo supe desde antes de salir del satélite de metal. Hefestos llevaba un atuendo particular, e inusitado.
Un chaleco cuyo cuero lo trabajan los midoneanos.
Artesanos de la tela. Y su principal exponente es Vladimir Cristef hermano de Esmira Cristef, la capitana de los mercenarios. -
- Eso es muy entramado – Pensó ella mirando a la nada con su dedoíndice apoyado en la mejilla
- Acostúmbrate. Él. Es así – Dijo Lerna
- Lo que entiendo es que me parece muy arriesgado juzgarlo por el o – Expresó con duda. A no ser que estés mintiendo –
lo observo fijamente acercándose a su rostro
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- ¡Oye!. No es necesario tenerte tan cerca.
- Looter ¿Cuál es el próximo objetivo?
- El próximo punto es el casino parkgrand, o Grand park –
Dijo Caciope
- ¡¡¿Ehhh?!!
- ¿No sabía que eras ludopata? – Comenta Mikonos, preguntando con un dedo en la sien y su mirada penetrante.
-
- No digas estupideces. Sabes bien que allí están los rubíes. -
- ¿Rubíes?
- Posiblemente.
- Son los ojos del ídolo.
- Eso mencionan mis notas.
- Nadie los ha visto. Pero es verdad. Un día me tendrás que explicar ¿Cómo has conseguido tanta información? Hay demasiado datos en ese libreto tuyo..dama recreativa. -
- No debería decir un saqueador como consigue sus elementos.
- Descuida, ninguno de nosotros revelará el secreto
- ¡Grrr! ¡¡Eres fastidioso!!. ¿O acaso quieres algo de mí?
- ¡¡Para nada, eres una vieja bruxxxa!! (Bruja, hechicera de las Pléyades) – Expresa con cierta animosidad.
- ¿A quién llamas Bruxa? ¡¡Grr!! – He intenta golpearlo
- ¡Basta ya! – Expresa Louis - Parecen animales salvajes
- ¡Pidele disculpas, Mikonos! – Ordena Lerna
- ¡¡Claro que no!!
- ¡Vamos!, ¡hombre orgulloso! – Expresa Caciope con mirada maltrecha
Ambos se gruñen observándose como lanzando rayos de sus ojos mutuamente, sin decirse nada y luego se voltean cada uno a un sector determinado cruzados de brazos. La molestia era notoria. -
- ¡Gmm! – Dicen ambos como desinteresados
- No quiero importunarlos ..Bien.. ¿Cómo obtenemos los rubies?
- Esta en gran park. Es solo eso lo que dice la señorita miss poca simpática
- ¡¡¡Grr…!!! - Gruñe Caciope – se encuentra al í en una cámara secreta
- Gracias por la noticia – Dice irónicamente Mikonos – Ya lo sabemos
- Es que lo tienen muy bien custodiado. – Duda Lerna
- Debemos dirigirnos en la nave a las cercanías del planeta
- ¿Y cómo iremos? – Pregunta Lerna
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- ¡Son saqueadores! – Expresa Louis mirando a Caciope y Mikonos
- ¿Identidades falsas?
Ambos lo miran a Louis sorprendidos
- ¿¿¿Qué… qué???
- ¡Ejem!...querida Caciope cómo te vez como la esposa del señor Loir frent?
- ¿Qué? – Caciope abismada. -
- ¿Qué? – Lerna mucho más asombrada. -
- ¿QUEEEE? – Manifiesta Mikonos
- Esto se va poner interesante…¡¡Je!! ¡¡Je!! – Expresa Louis
- No podría mencionar como interesante. De todas formas estamos ante una carrera. – Confesó Mikonos delante de todos. No dudo que deberemos luchar contra ellos. Incluso nuestro propio contratista. – Pensó
En la base de un exo planeta de Orión, el Car desciende de su nave deslizante en un precipitado aterrizaje. Varios van a su encuentro de atención a su lider. Son del grupo Abbadon con su Jerarca superior, Reich Seven.
Westerland estaba enfadado por el trabajo de Sistine.
- Ya te he ordenado que solo seas un personaje secundario en ésta búsqueda. Los indicados para encontrar el ídolo son el looter y la estafadora. No me sirve perderlos ahora – Y cerró transmisión
Sistine se remordía los dientes, pues no toleraba la situación.
- Esta bien Mister. Pero desde mi manera. Esa llamada gloría de encontrar la pieza es para mí y no ese maldito looter y su obrar insignificante.
- Capitana tenemos al los mercenarios de la capitana Esmira.
- Déjalos! Ya nos encontraremos en el Park Grand. Y nos encargaremos de todos. Diremos que solo fue un accidente.
El car proponía un acuerdo con ReichSeven.
- Ponte de acuerdo. Unir fuerzas nos permitirá vencer a Kramer.
- Ochenta por ciento para mí y veinte para ustedes
- Eso es una estafa y lo sabes Westetand
- No tengo la necesidad de unirme a un pequeño puñado de vándalos
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- ¿Y si te mencionamos algo importante? Que podría interesarte – y toma de su bolsillo un libreto de notas.
- Ese es el libro de la estafadora? – Frunce el ceño
- ¡Ejem! Y kramer no lo sabe. Tenemos ventaja sobre él. Mis espías están introducidos en sus primeras líneas.
- ¿Cómo se lo arrebataste?
- Tenemos nuestros trucos. ¿Y bien?
- Podríamos llegar a un acuerdo
- Podría ser, sin embargo. Queremos cincuenta por ciento. Ni más ni menos. Mis brujos ya estan descifrando el idioma del alquimista galáctico.
- Es imposible.
- No si aquel es un sobreviviente de su sequito.
- Creí que los Mú se habían extinguido
- Eso dicen las fábulas, pero no. Quiero el cincuenta
- ¡Je! No eres bueno en negocios
- Shh..no he terminado..el looter debe morir
- Ese es un hecho. Nosotros nos encargaremos de él, pero antes deben encontrar la pieza
- Mister, mister…no es necesario. La encontraremos nosotros.
Todos se encaminan hacia Park Grand. Mi grupo en cambio se adelantará al Xul.Tengo que comunicarme con alguien de Grand Park, y luego estaremos allí. -
- ¿Al planeta de la luz? Y luego nos encargaremos de recopilar las siguientes piezas. Dejar que el enemigo se elimine entre sí, es una de mis mejores ventajas.
- ¿Mmm? Podría ser interesante.
- Cerramos trato.
Ambos pactaron para luego retirarse.
El mister discernía en sus lenes insipientes. Luego de encontrarlo lo eliminaré.
Reich Seven tenía el mismo propósito.
- Cincuenta por ciento? Debe estar soñando – Pensé, claro que no le daré nada. Ese poder es solamente mío. Mío por sobre todas las cosas que existan en éste universo tonto, y todos.
La mirada del Westerland era muy satisfactoria. No le importaba nada en lo absoluto y con solo eliminar a alguien más de tantos que había sepultado era parte de su poder. Los que alrededor se amontonaban eran basura, y los que estaban un paso arriba, era cuestión de
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tiempo para que desciendan al subsuelo de la palma de la mano de éste.
-
- Hay un mensaje de la capitana de los mercenarios Esmira –
- Lo oiré en mi despacho – Expresa Kramer que tomaba su móvil contestando un mensaje simple a su esposa – ¡Claro que no! - Confiesa ante un regaño de una persona mal humorada
- Parece que el general nuevamente está discutiendo con su esposa –
- Suele hacerlo – Se aleja por semanas enteras con la nave
- Quien iba a decir que el mafioso más rudo de Orion tendría semejantes problemas
- ____----[[]]___ (En efecto, su capacidad de destrucción es menor a la de su conyugue) – Expresa un terriniano. Raza de Orión cuyo idioma es una lengua extraña de algoritmos de cambio complicado.-
- Tarda demasiado en contestar. Seguro que su mujer lo tiene atrapado nuevamente – Expresa Esmira – ¡¡Gr!!
- Señora – Manifiesta Edgar Pirce –
- ¡¡¡Ahora no!!! –
- Debemos...
- Si, ya lo sé. Iremos a Grand Park
- ¡¡Fantástico!!
- ¡¡Vivaaa!! – Expresan todos en la flota, incluido Hefestos
- ¡Silencio! No es un juego. No irán a gastar su dinero en actividades absurdas. El looter y compañía estarán al í de inmediato. Como Abbadon, Y los hombres de negro.
Sistina y su grupo de los de negro se dirigía a toda prisa. Ya no seguían a Mikonos y los demás. Incluso ya habían quitado la sabia protección que por cuestiones de protocolo se le había otorgado La majestuosa Sistina fue a descansar, y en el tumulto de las carreras de ir y venir, antes de ir de acostarse, tomó de su gaveta algo interesante para el a. Una inverosímil pieza que contenía algún recuerdo extraviado de su memoria. Una fotografía con un ser pequeño a quien llamaba amigo. Eso es todo después de tantos años que han transcurrido. Su habitación era tan simpe como un cuarto de estar con una computadora, y algunos objetos que provenían del planeta tierra, el que fuera su hogar en la niñez.
- ¿Mmmm? Algo no me está muy claro del objeto – ¡Hefestos, ven aquí por favor!
- Si doctor **!! - Se apersonó de inmediato
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- Tú conoces bien el disco.
- Claro que sí. He trabajado arduamente, las veces que he viajado a Vulcano.
- Sabes bien, que Esmira no tolerará que se haya dejado de lado una distracción así – Coloca en su mano el disco – Una de las esferas no está en él
- ¡¡Uff!! – Al parecer el looter es bastante ágil en lo referente a hurtos de buena mano. ¿Dejame examinarlo? – Lo tomó con su mano y recogió un lente para su ojo derecho – ¡Wow!
– Siquiera ha dejado marca alguna y en muy poco tiempo –
debe ser un orfebre, o haber aprendido de alguno de el os.
- No interesa, sus trucos o mañas. – El disco no servirá para nada
- ¡Tranquilo **!!!
- Di bien mi nombre
- Bueno *!
- ¡¡No es así tonto!!
- ¡¡No es mi culpa que tenga un nombre tan complicado!! La cuestión es que debemos tener las gemas, o rubíes, y junto al disco ir directamente al planeta X, aunque aún hay más secretos que no se nos han revelado sobre el ídolo. No será fácil de encontrar. Esta muy bien custodiado el elemento final de éste.
- Primero debemos obtener los rubíes. ¿Quién podrá robarlos de la central de Grand Park? La capitana o el mismísimo Kramer, no tienen ese poder.
- Y si desaparecen tendremos a toda la galaxia en nuestra mira.
- Así es –
- Ya veremos. Para eso están los saqueadores
- Te olvidas que fuiste uno
- Eso mismo. Fui uno. – Expresó Hefestos Crimson.
Cerca de la luminosidad de una de las estrella, otro vehículo manipula trasladándose a gran velocidad.
- Aquí Nemesio McPlis – Llamando al mariscal. -
- Debe estar ocupado – Manifiesta Ultimatia Gersen. -
- No, no lo creo, debe estar en alguna de las reuniones que se designan
- Igual, las órdenes ya han sido impuestas. Determinados grupos asaltaran el gran casino de juego en Grand Park
- ¡Qué fastidio!
- El mariscal está muy entusiasmado en ese personaje. -
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- ¿Qué? ¿Te refieres al looter?
- Si, y esa dama que lo acompaña. -
- Bueno, los hemos seguido sin intervenir hasta el momento.
Pero me parece una pérdida de tiempo. Podríamos ir nosotros por el ídolo hace mucho tiempo atrás.
- No es que sea algo fácil de lograr. Todas las anotaciones están dando los indicios necesarios para ese objeto macabro
- Debieron destruirlo y no separarlo.
- Hay un interés gubernamental en él. A decir verdad, quienes lo separaron en su momento, quisieron mantener un secreto que se fue revelando a lo largo del tiempo estelar
- Te refieres a que hay alguien involucrado en el Gobierno galáctico que sabe de todo éste asunto tan complejo.
- Si, sin embargo no puede inmiscuirse.
- ¡Ja! Comprendo. Dejan que los mafiosos se apunten en la búsqueda.
- ¡Ejem! Aunque te diré un secreto. Toda esa búsqueda, es en vano.
- ¿En vano? ¿Qué quieres decir Ultimatia?
- ¡Ya lo sabrás! ¡Je! ¡Je! – Se reía de forma acotada. La burla no era su profesión favorita, y si la seriedad indómita. –
- ¡¡¡Uf!!! – Se estiró de brazos y piernas Nemesio – Estoy rodeado de puros mentirosos, e infinidad de tretas y artimañas.
- Todo el universo padece una mentira sutil.
Desde muy lejos Mikonos observaba sobre el espejo el pasar de un asteroide.
- Es verdad lo que expresan. El universo es falaz y discontinuo. ¿Qué diablos encierra el ídolo realmente? -
Expresaba para mí mismo y no es que no pueda dejar de analizar todo, aunque ya hayamos llegado hasta aquí, no puedo. Hay algo en mi interior que me mantiene paciente en esa llama de incertidumbres que nacen. ¿Por qué el ídolo?
Podrían haberlo ido a buscar sin nosotros. De buenas a primeras vemos a diferentes grupos de todo tipo. Bandos que se entrelazan en una carrera. Un libro de anotaciones confuso con copia de todos los datos que pudieran recopilarse sobre aquel. –
Mikonos no paraba de meditar, en cuanto el asteroide se aproximaba a un lugar muy lejano hacia las estrellas.
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Lerna y Louis dormían, y Caciope había dejado el piloto automático, y se dispuso a tomar una taza de café negro apenas dormía lo suficiente.
- ¡¡Deberías descansar más!!
- Ya no me molestes. Estoy acostumbrada a este ritmo sádico de ir y venir
- ¡Uf! Si tú lo dices. La mente tiene un diagrama especial, en la cual sus neuronas para un buen funcionamiento precisa de una cierta cantidad de horas en las cuales dejar de funcionar en la vida real
- ¡Gracias por la clase didáctica!, ¿Y tú?
- ¿Te refieres a mí?
Ella contempla nostálgica, los alrededores minúsculos que se dividían en partes que lentamente se movían. -
- No creo que haya más nadie en esta compartimiento
- Los semi humanos descansamos poco. Mi raza es muy particular
- Ya veo. Es extraño
- ¿Qué no lo es?
- Digo que es extraño. No veo que tengas una ansiedad nata por encontrar aquel artefacto. Muchos querrían esa gloria de ser los primeros en ubicarlo
- No me interesa la gloria. Me fui haciendo con mi personalidad
- Chata, y desinteresada
- ¡¡Ya deja las agresiones mujer!! Soy lo que ves aquí. Uno más de tantos saqueadores
- A pesar de ello. Eres famoso.
- Soy uno más. ¿Y tu Caciope?
- Yo no tengo nada especial
- ¡Vamos! Todos lo tienen.
- Para nada. Nadie reclamaría a una saqueadora. Soy alguien fuera de lo común que vive y muere en soledad. Ese es mi lema
- No quieres a nadie en tu vida – Expresó pensando las palabras
- Para nada. Tampoco soy ese alguien de clichés y sentimientos vagos
- Todos tenemos sentimientos. Pureza, amistad, amor, paz, alegría y tristeza. Si no fuera por ellos no valdría la pena nada en este universo, ni en otros.
- ¿Para que los quieres?
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- Para vivir un poco supongo – Mikonos observaba del espacio las estrellas
- Para vivir precisas de dinero, un poco de poder
- No te han enseñado bien niña – El poder solo te corrompe las entrañas y vacía tu corazón como el odio
- Si no fuera por el odio, quizás no estaría viva.
Mikonos se dio cuenta que tal vez el pasado de Caciope había sido difícil. Todos al final de cuentas tienen un baúl lleno de muchas historias que no siempre son las mejores, y que es mejor guardarlas para siempre.
- ¿Vamos me dirás que siempre has sido así?
- ¡Desde pequeña! Es mejor ser fuerte, osada, y nunca mirar atrás
- Algún día te sorprenderá esa manera de actuar. Tú, y el yo de hoy se encontraran, y tendrán que enfrentar a tu yo del pasado. -
- No creo que viva mucho para ello.
- Hazlo por otros que tal vez se lamenten. Si quieres morir y destruirte puedes hacerlo, al final de cuentas todos somos responsables por nuestro destino. – Confesó Noir sorbiendo un poco de café, en cuanto Cih estudiaba la nada fijamente -
Pero ten presente que no solo te destruirás a ti mismo, sino a los que te rodean
- No tengo a nadie que pueda lastimarse o pensar en mí
- ¡Pues yo si!
El a se quedó perpleja por esas palabras
- No seas tonto – mira a un costado por la vergüenza – No estoy para clichés románticos y tontos
- No soy un cazador de damas, Casanova, o don Juan
- ¿No conozco esos términos?
- Son de un lugar lejano al que he ido
- No me importa – Expresa de forma férrea y con dureza, aunque sus ojos parecían denotar una cierta debilidad que solo Noir podía entrever. El a bebió un sorbo más de su café negro.
- ¿Dime algo Noir?
- Lo que gustes
- ¿Tú me salvarías?
- ¿Por qué lo dices? ¿Precisas de un héroe?
- Tu solo responde, por si o por no – Expresa con firmeza el a.
– Aunque tienes razón
- Claro que sí.
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- Está bien. Aunque es solo una respuesta sin sentido – Pero tiene s razón son cosas de héroe supongo que se entrometen con alguien sin importancia.
- No digas eso. Todo tiene sentido siempre. Las palabras son vehículos formidables. Y tienen un poder que puede convencerte a ti mismo de lo que digas. Y sin bien estás delante de un mañoso, ten presente que no me conoces en lo absoluto
- Tu tampoco me conoces Noir – Argumento con ironía mirando a un costado
- No importa
- ¿Por qué?
- A pesar de no conocerte para mí ya eres una persona importante.
- ¡¡¿QUÉ?!! – Se sorprendió el a casi escupiendo el café.
- Lo que escuchaste. Y te salvaría todas las veces posibles, aunque no fuera un héroe. – Para mi eres alguien a quien quiero.
- Bueno – No sé qué decir – Solo que eres un tonto
- No digas nada..¿Un tonto?.. No es la primera vez que me lo dicen - ¡Je! ¡Je! Supongo que tendré que cambiar algo de mí
¡Je! ¡Je! – Se rie Noir llevando su mano izquierda a su cabeza
Caciope se mantiene pensativa, examinando como ríe y sonríe. Una cautiva manera de mirarlo, era suficiente. -
- No es preciso que cambies nada – Dice por sus adentros –
¡Eres extraño Mikonos!
- Cambiando de tema – Deja de reírse Mikonos. -
- ¿Y ahora qué? - Vuelve a su estado de piedra Caciope. -
- ¿Cómo conseguiste el libro?
- Ya te he dicho son notas recopilatorios
- Sabes, para mentir eres formidable –
- ¿Qué quieres escuchar?
- Solo la verdad. El libro de notas tenía información que no podría descubrirse ni en mil años
- ¿Y tú qué piensas?
- Que su verdadero dueño lo dejo a propósito para que lo encontraran, y que expandió la voz en el universo de que una leyenda de mil ones de años se había desarrol ado, y que ya no era una simple fabula, sino una realidad, y por el o ahora tenemos a todo un sinfín de grupos de maleantes, mercenarios, políticos que se han enterado de la noticia y buscan obtener el ídolo. Un artefacto foráneo por así decirlo
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- Deberías ser escritor Noir, tienes una gran imaginación
- Gracias por el cumplido, aunque no respondiste
- Ya es tarde. Ve a descansar, mañana estaremos en Grand Park
- ¡Uh! – Respira hondo Noir – Tu también descansa un poco y deja de beber café negro.
En medio de las oscuras penurias de las estrellas, la nave avanzaba a una cierta velocidad. Llegarían a destino. Todos descansaban de tantas persecuciones. Aunque Caciope no lograba conciliar ese sueño. Su mente la retraía a una niñez en la que el pasado solo se presenta como un huracán de situaciones anómalas que desembocan en su mente trayéndole los horrores de la guerra. Una batalla que acabó con todo su pueblo. Un inhóspito y simple lugar en un mundo pacifico y sin contradicciones. Y ella siempre regresa al mismo sueño en el cual desde una colina que como unas grandes naves descienden con sus laser apuntando a los pobladores e infinidad de centinelas robots descienden aniquilando todo a su paso. Y los ojos de una pequeña se horrorizan ante aquel espectáculo macabro de muerte.
Entre la pólvora y el miedo, solo existe un camino. La supervivencia.
- Solo Huye Caciope – Le dijo su madre en medio del fuego y la desesperación de las personas que escapaban sin cesar. El ardor del sitio solo regalaba un mar de penurias, más allá de ello, la abrazó muy fuerte antes que un droide disparase por la espalda dejándola fuera de sí.
- ¡¡Ma!!..¡¡Mama!! – Corrían algunas lágrimas entre sus ojos hacia las mejillas, entre simples vocablos. –
- ¡¡Solo huye!! – Y se incorporó para ser un escudo, recibiendo todo tipo de balacera y siendo acribillada hasta caer en el suelo sonriendo mientras sus ojos se cerraban y en los ojos de su hija veía reflejada esa caída. Ya es hora de despertar.
-
- – ¡¡¡Ma!!! – Pronto se vio empapada de sudor, y colocó su mano derecha sobre su frente - ¡¡Otra la misma pesadilla!!Nunca termina. – Se dijo. Verificó su reloj, y ya era, otro día estelar. Al ver el espejo desde su cámara-habitación, el pequeño planeta de Grand Park se veía con toda la iluminación fantástica que le daba un esplendor colosal – ¿Así que estamos en Grand Park?
Todos continuaban descansando. El a apenas había dormido unas cinco horas, y resolvió levantarse para cambiarse de atuendo y colocarse una ropa más ligera. Mientras lavaba sus dientes se observaba en el espejo. Su nave-vehículo, era prácticamente su casa
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desde ya hace muchos años. Cada vez que se observaba en el espejo su rostro se fastidiaba.
- ¡No debes odiarte! - Recordaba las palabras de Mikonos
- Es un tonto – ladea la cabeza negativamente –
- A pesar de todo te quiero. ¡Eres alguien importante!
- ¿Qué sabe de mí después de todo? Es solo un saqueador, ventajero que solo piensa en el dinero – Deja de soñar Caciope con un tipo tan idiota – aunque debo agradecerle.
Pienso que ese manojo de palabras cursi, son importantes cuando no se tiene nada - Y se maravilla sintiéndose querida y bella – ¡Claro soy bella, y por eso debo hacerme querer, y me quieren!- Volvió a recitar pero en voz alta
- ¿Hablas sola?
- ¡¡AHHH!! – Se da un buen espanto de pánico saltando casi hasta el techo. Y luego da la vuelta enfada – ¡¡GR!!
¡¡Looteerrr!! - y allí se encontraba Noir, cruzado de brazos contra la pared. -
- ¿Perdón te asuste?
- No para nada – Expresó con sarcasmo y se coloca en una posición casi eléctrica –¡¡¡¡¡¡¡CLAROOO QUE ME
ASUSTASTE!!!!!!! ¡¡¡¡¿¿¿QUÉEE NO SABES QUE HAY UNA DAMA EN LA CABINA DEL BAÑO???!!!!!
- No es para tanto. Aparte dejaste la puerta abierta y tenía que hacer mis necesidades – Expresa con ironía como burlándose
- ¡¡¡Eres odioso Noir y odio tu sonrisa áspera!!!
- Gracias, ya lo sé ¡Je! ¡Je!
- ¡¡GRRR!! – Y le lanza un Japón (jabón) golpeando la cabeza de éste
- ¡¡Auhhhh!! ¿Qué haces? ¡¡¡NO VEZ MUJER QUE DUELE!!!
¡¡GRRR!!
- ¡¡¡GRRR!!
Se agarraron ambos como para matarse a golpes. Era desesperante a su vez. -
- ¿Qué ocurre? ¡¡¡OHFF!! – Da un gran bostezo Lerna - ¿Ya están peleando?
- Ya discúlpense – Dijo Louis – Estamos en Grand Park – El ya estaba monitoreando la pantalla
- ¡¡YA LO SABEMOS!!! – Dicen los dos al mismo tiempo con enojo
Louis se mira con lerna
- ¡Oye Louis!. ¿Crees que se lleven bien?
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- Tendrán que hacerlo
- Recuerden que van a ser pareja en el casino
- ¡¡Ahh diablos!! – Maldición
- Maldita sea Me había olvidado de ello
- No seas estúpido looter. ¡¡Tu ideaste el plan!!
- Nunca ideo nada. Solo arrojo propuestas. Estoy rodeado de safios que no piensan
- ¿¿¿COMOOOOOÓ??? – Dijeron los tres con enfado
- ¡GLUP! - Se tragó la saliva Noir - ¡¡Pee…. Perdón!!
¡¡Perdón!! - Y salió corriendo por el pasil o.
La nave iniciaba su inclusión en la l amada frontera de aduana estelar. Allí entregaron sus papeles falsos que ya poseían.
Mikonos: Vitus Lord Frent
Caciope: La señora Mis de Vitus Lord Frent Mayordomo: Louis Mepar.
La hija adoptiva: Estefanía de Lord Frent, habían utilizado unos atuendos simples, pero comprarían otros ni bien llegasen
- Muy bien señor Lord Frent, solo complete estos papeles y listo. ¿Veo que han tenido algunos inconvenientes?
¡¡Oh!! ¡Jo! ¡Jo! ¿Lo dice por nuestros atuendos? – Gracias es que venimos de muy lejos –
- Pueden acceder al primer comercio. Allí tendrán todo lo que quieran adquirir – Expresa el anfitrión de aduana.
- Es que venimos para el o – Nos dijeron que serán ideales unas vacaciones aquí –
- Claro, pero debe tener chelines suficientes (dinero)
- Eso no es problema – Expresa Caciope y le arroja una piedra de valor – Tome
- ¡¡OHH!! ¡¡¡Gracias!!
- Al contrario - Sonríe ella
Mikonos la miraba sorprendido
- ¿Qué crees que haces? – Le dice en silencio – ¿No te das cuenta lo valiosa que es esa piedra?
- Cállate ¡¡SHHH!! – Y sonríe mientras pasan los cuatro – Hay que invertir si quieres resultados
- Hazlo con tu dinero
- Somos marido y mujer. ¡¡Todo es compartido!!
- No me vengas por eso. Quiero el divorcio ya.
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- Pagaras tú la manutención de nuestra hija
- ¿Qué? ¡¡Olvídalo!!
- Oigan – silencio
- ¡Quiero ir a comprarme ropa mama y papa! –
- ¡¡Silenciooo!! -Le dicen los dos
Los seres de la aduana observaban
- ¡Jo! ¡Jo! Perdonen es la familia – Sonríe Mikonos y luego se enoja. -
Todos subieron a la nave y descendieron a una plataforma donde se ubican las mismas.
- Bueno vamos por algunas prendas –
Los cuatro se dirigieron al sector de negocios más esplendorosos.
- Recuerden solo alquilaremos. No vamos a gastar dinero en nada –
- Si claro. – Dice Louis
- Oigan, ¿ustedes entendieron no?
Las dos damas se habían ido a un local, y miraban las prendas cotejando la moda de momento.
- ¡Wow! ¿Mira esto?
- ¡Es bellísimo!
- ¿A mí me gusta y a ti?
- ¡Te quedará fantástico!
- ¡¡¡Oigan!!! – Grita Mikonos – ¡Off! ¡¡Qué remedio!! - Se golpea con la palma de la mano la frente sacudiéndose resignado.
Poco a poco se fueron probando las prendas
- Ustedes aguarden. --
- ¿Por qué?
- Porque es una tienda para mujeres
- ¡Oye Mikonos mira allí!
- ¿Es lo que pienso que es?
- ¡¡¡VIDEOSSS JUEGOSSS!!! – Gritan ambos levantando el puño
- ¡¡¿¿EHH??!! ¿Es en serio? – Dicen Caciope y Lerna
- ¡¡LUEGO NOS VEMOS!! – Salen corriendo ambos al local a jugar
- ¡¡Esperen!! ¡¡No olviden los trajes!! – Grita Lerna
- ¡¡Bueehh!! ¡Qué remedio! – Se golpea la frente con la palma de la mano Caciope
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Concluyeron el día con el hospedaje simple, para luego ir al Casino.
- Buenos días somos cuatro – Dos habitaciones
- En seguida - Dijo el botones del Jotel (Hotel) Un lugar de varias habitaciones de buen porte con una forma rustica estilo clásico con madera diferente a la que suelen tener otros. Todo el edificio daba un buen encanto.
- Yo debería haber ganado
- ¡¡Claro que no!! No sabes perder looter
- Para nada
Los dos discutían por el camino con Lerna y Caciope mirándolos con ironía.
- Son así de tontos los hombres – dicen ellas
- ¿Ahh si? – Responde el looter
- ¡Claro que sí! – Comienza a discutir con Caciope
- Basta de discusiones – Esto será simple. Entraremos y veremos el panorama. Según mis fuentes, los rubíes están muy bien resguardados
- ¿Tus fuentes? – Expresa Noir - ¿Te refieres a tu novia? ¡Ja!
¡Ja!
- No es de tu incumbencia -Se pone de todos colores Louis
- Al menos tiene – Le dice Caciope
- Deja de fastidiarme
- No quieres salir conmigo Noir – Expresa Lerna
- Claro que no – Comenta Caciope
- ¿Ehhh? – la miran los tres
- ¡¡Estemm!!.. lo dije ¡Je! ¡Je! En un sentido figurado. Primero la misión
- Si olvidemos todo esto – Expresa Mikonos Pasaron la tarde realizando algunas tareas, lo que permitió verificar los alrededores de la ciudad. Mikonos y Caciope se mantuvieron en la habitación. Ella se distraía a su manera. No tenía el dialogo fluido, por lo que cada uno estaba insumido en su propio y predilecto mundo.
Mikonos apuntaba unos temas que podrían ser indispensables.
Caciope observaba extrañada de el o. Veo que realizas una planificación. Mikonos dibujaba lo que sería el ídolo con los rubíes.
- ¡Es solo una materialización!
- ¡¿Ey..puedo…?!
¡¡Te escucho!! – Dijo sin mirarla
- ¡Muy frio eres!! ¡Qué te llevó a ser un saqueador?
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- Es una pregunta compleja. ¿Y a ti?
- Pregunté primero.
- ¿Debe ser porque te sientes sola?
- De ninguna manera. Solo curiosidad
- Bueno es una de las bases de un saqueador. La curiosidad.
- ¿O sea que te convertiste en ello, por mero misterio?
- ¡No!..Mira..Te relataré una historia. Había una vez..Un niño que perdió a su familia, y para existir, escapaba del mundo; viviendo en los suburbios, comiendo basura, siendo despreciado. No serbia para nada más que eso. Eso le enseñaron. Un día descubrió que un ser robaba de forma minuciosa un objeto a una anciana, he hizo un acto de beneficencia y éste se lo quitó a ese sujeto con un cuidado meticuloso. Fue un trabajo rápido y arriesgado sin llamar la atención del ladrón. Y luego se lo devolvió a esa señora. No hubo un.. digamos.. gracias, ni premio. Claramente lo culparon de ser 3l verdadero ladrón por algo que recuperó.
Fue un mal abatido por otro mal. Y se retiró velozmente entre piedrazos y blasfemias. Por ese entonces, pensó que era eso el mundo. Un lugar injusto repleto de seres injustos entre injusticias. Y debía ser algo, y fue solo eso, un ladrón.
Caciope se contuvo, y mantuvo el silencio. Mientras Noir se expresaba, en cuanto dibujaba el ídolo en un papel.
- Decidí sobrevivir así. Engañando. En definitiva al final de cuentas todo ese ardid era parte de ser real.
- Pero..
- No me hagas caso. – ladeó la cabeza…
- Pero no tuviste suerte.. – supongo. Perdón, ¿no sé qué decir?
- No lo digas. ¿No aseguro si la suerte existe? Las personas no pueden afrontar lo que son en realidad. En cambio yo sí.
Ellos solo le confían sus manos al destino, la suerte, o Dios.
En mi caso, deje hacerlo hace tiempo
- Es difícil. Tal vez no eras un ladrón, pero si alguien de buen corazón...¿Te hizo bien?
- Podría decirse. Y tú?
- Bueno, todos tienen una historia que es complicada de narrar, pero siempre buscan a alguien que la escuche.
- No está mal. No está nada mal. Ya casi es la hora. -
- Si…
- ¿Luego, me dirás la tuya?
- Tal vez…
- Saqueadores..siempre son iguales..
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Por la tarde realizaron otras actividades. Simplemente distracción hasta la hora previa..
De ello se realizaron determinadas peticiones y la más importante era la típica teatralización de el os. Los cuartos de estilo clásico estaban decorados con una gran iluminación. Donde se reunieron tenía una pequeña mesa y una ventana – puerta. Las paredes con cuadros de pinturas surrealistas que parecían querer expresarse si uno en su locura les pedía la palabra.
- Los dejaré solos para que practiquen – informaba Louis con una animosa risa
- ¿Por qué se tienen quedar solos? – se enfada Lerna
- No es algo que te incumba
- ¿Por mí está bien, aunque no sabría si la dama lo desease?
- Ni me desagrada tener un ser petulante, aunque todo sea por la misión
- Seguro. ¡¡En el fondo de ti, te agrado!! ¡¡Puedes decirlo!!
¡¡No se lo contaré a nadie!!
- Grr!! ¡¡¡Ya cállate!!!
- ¡¡Perfecto!! Es lo importante de una pareja
- ¡¡Bahh!! Es como menciona. ¡¡Es por la misión!!
- No quiero irme.
- ¡¡Ven conmigo!!
- ¡¡No intentes nada mujer!! Comenta con enojo Lerna.
Louis y el a salían. Éste aprovechaba para enviar un mensaje a su dama ausente
- ¿Por qué no le has dicho de venir?
- Es muy peligroso
- ¿Realmente están saliendo?
- Podría mencionarse que sí…
- Biennn – Lerna se arroja encima de Louis – ¡pagaras algo para beber!
- Nunca eres menor.
- Tengo setecientos años
- Por eso eres menor.
Entre los dos se dirigieron a un carf( café – restaurante)
- Te invitaré porque soy amable
- Yo quisiera tener a alguien – expresaba Lerna
- Lo tendrás
- Sii!!
- No el que piensas
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- ¿por qué? – pregunta un tanto molesta
- Por ese individuo tiene a alguien
- Naa!! El nunca
- Esta vez podría decirse que si, solo que aún no lo sabe
- Tu intuición es nefasta
- ¡Aunque acertada!
- ¡¡Mmm!!
Esmira se había reservado, para prepararse. La sala principal de la nave se decoraba con paredes de un metal caspio con varios espejos.
En medio de ella sil ones para descanso. Era un sitio destinado a reuniones que guardaba en otro sector una enorme mesa con sillas.
El teniente segundo Pirce se hizo presente.
- ¿Lo tuviste vigilado? – Pregunta en cuanto se alineaba las cejas con un fino lápiz. Pirce estaba hipnotizado ante su jefa.
Tenía una figura interesante y cautivadora – Pirce?
…¡¡¡¿Pirce?!!!
- ¡Perdón señora!
- ¡No te preocupes! Prepárate iremos al encuentro. No será extraño cruzarnos al looter. Aunque desconozco si tendrá la gema.
- Comandante no lo creo. Todos irán tras él – sopesó el teniente
- Por esa misma razón porque todos querrán ir por ese semi humano.
- Y el grupo de Sistina.
- Conociéndolos, su objetivo son directamente los rubíes, si es que estamos en lo cierto con lo manifestado por nuestros informantes.
- Hefestos es un arma de doble filo
- Von Kramer lo sabe.
- Comandante. Tampoco podemos confiar en él.
- No podemos confiar en nadie. ¡¡Ve preparándote!!
- Con su permiso.
- Está todo listo – En un gran Hall. El Car jugaba con unos dados – Quiero dos del mismo par. Si salen iguales destruiré todo
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Westerland solía hacer ese tipo de peripecias para infundir miedo entre pandil as. Mientras que era una manera divertida y relajante en su proceder. Aquel sitio con un enorme sofá y una alfombra de piel peluda de autralo (Armadillo gigante)
- Creo que hoy nos divertiremos
- Yo iré por el looter – Repuntó el Saurio
- Él no puede ser aniquilado aún
- Si no lo hacemos nosotros lo hará Sistina
- Lo dudo.. el Car podría enfadarse
- Sistina es como su hija
- Eso lo explica todo.
- Podríamos hasta ll3varnos el premio gordo
- ¿El ídolo?
- Así es.
- Estás… completamente loco. Seriamos presa fácil.
- Piensa que tendríamos el poder para manipular a todos.
- Sería peor de lo que puedes imaginarte – Confesó uno de loa hombres de negro.
- No perdemos nada con intentar – Aclara el Saurio.
A llegar la noche estaban todos listos. Mikonos va a la habitación de Caciope y Lerna, junto a Louis. Ambos vestían trajes de termo gris con camisas de color cada uno. Verde y marrón con pantalón gris y zapatos.
Al tocar la puerta de madera de pino aterciopelada. Una de ellas la abre. Y ambos entran. Mikonos queda sorprendido.
- ¡¡Vaya!! – Expresa Louis – Se ven muy bel as
- Gracias - Dicen ambas
- Me costé vestirme con este chaleco - ¡Je! ¡Je! – Comenta Lerna
Lerna llevaba una camisa blanca con una cadena de oro en su cuello, con un chaleco y unos jeans negros con zapatos que la hacían más altas. Se había peinado su largo cabel o rojizo con dos trenzas.
- Es fantástico se ven bien – Dice Louis. Mikonos no mencionaba nada
- ¿Y bien como me veo? – Expresa Caciope a Mikonos Caciope tenía un largo vestido rosa con listones, con una cadena de oro, y zapatos de color blanco de tacón y llevaba una cadena.
Mikonos la observo detenidamente.
- ¡Ehh! – Y se sonrojó
- ¿Y Bien?
- Te vez muy bien – Dice sonrojado totalmente
- ¿Solo eso? - Bueno por ser de tu parte – Mira a un costado un tanto ofendida
- ¿Y Yo? – Reclama Lerna
- Tú te vez muy bien también
- ¡¡Gracias!!
Salieron en un vehículo pequeño estilo capsula que los transportó en segundos y allí estaban en la puerta del Gran Casino del planeta de la diversión Grand Park.