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Chapter 12 - El rescate de Cleo. Muere Drake. -

No importa lo que ocurra, vine por ti, y no me iré de aquí. -

Hermes siguió la huella de Drake. Era una energía emanada de él, que expedía una tonalidad penumbrosa. Desde el cielo lo único que se encontraban eran algunas bestias que iban y venían como zombis. Y allí pudo divisar el final del camino. Una cueva inmensa en forma de castillo medieval de piedra.

Drake ingresaba. Dos escoltas lo seguían detrás. Eran demonios que se habían aferrado a sus órdenes. Al entrar, a sabiendas de Hermes, duplicó la guardia.

- Quiero a todos listos, por si nos atacan. –

Los demonios silenciosos, asintieron las órdenes de Drake sin ninguna objeción. -

- ¿Aún estas dormida? – Confesó, en preguntas así mismo Drake. Cleo parecía despertar

– Será mejor que ingreses a la celda. Continuaremos con todo este rito luego.

– Drake debía descansar. Los golpes recibidos como heridas, causaron cierta disminución de su poder. – ¿Cómo es posible?

Las balas, y cuchillas de Hermes, Hartman; los ataques de Manni.

- Solo son simples mortales. Incluso el hibrido demonio del mundo humano. No podrían hacerme daño. -

Cleo despertó. Sus ojos claros veían un lúgubre aspecto de una celda sofisticada. Se incorporó y fue caminando a los barrotes. Se hallaba débil como para abrirlos con su magia.

Hermes avistó los primeros monstruos, y disparó con su metralleta. Todos se colocaron en posición de guardia. Él, sobre volaba hacia ellos como un halcón a su presa, cazando. Estaba enfurecido y sus ojos delineaban en un matiz rojo.

- ¡Van a pagar! – Se decía. Drake fue avisado del ataque de aquella ave metálica a la cual se referían, mientras se recuperaba en un baño de sangre. No hizo gestó alguno más que apuntar con su dedo y hacer que se destruya aquella bestia.

- No me molestes, mientras estoy dando mi curación, monstruo inmundo. Ya les he dicho que deben prepararse. – Drake continúo a fin de concluir ello. –

Hermes entre el apuro dio sus últimos disparos antes de quedarse sin balas en ambas metralletas, e hizo un aterrizaje forzoso estrellándose contra la entrada de la torre mayor del castillo, cuando uno demonio alado golpeó con su garra el cuerpo del biplano. Allí varios demonios fueron contra él, pero había escapado. Comenzó éste a correr por unas escaleras. Estaba completamente solo, y no podía lograr evadirlos a todos.

Los demonios iban y venían exaltados. Hermes aguardaba escondido. Algo tomó su mano, era otra, y lo llevó directamente en dirección a una roca. E hizo que apoyase la misma, para abrirse el pasadizo. Y luego lo transportó. -

- ¡¿Qué es esto?!

- Saor i (ven liberala)

La mano soltó a Hermes. .

- ¡¡Espera!! ¡¡ Regresa!! – No existía indicio de que era lo que se acercó a Hermes, pero con seguridad estaba presintiendo que Cleo estaba por allí. -

Éste prosiguió por un corredor oscuro. Allí sacó su encendedor de mechero, para poder alumbrar. ¿Dónde estoy? Se preguntaba, ¿Quién era aquel sujeto que trajo aquí?

Cleo en sus mazmorras, presentía que alguien la llamaba.

- ¡Sácame de aquí! ¡Libérame! ¡Nigromante! -

- ¿Quién está allí?

La voz se iba apagando. – Libérame, libérame.....

saor mi 

saor mi 

saor mi

(Libérame, libérame, libérame.)

Cleo se acercó a los barrotes, la voz se esfumó. Sintió unos pasos por el otro pasillo. Una tibia luz menor que luego se apagó.

Un demonio venía hacia la celda con cierto barullo. Cleo se asustó de aquel esperpento.

- La dama, interesante. – El monstruo se iba acercando y estaba dispuesto en su semblante a cometer una locura, sin medir consecuencias. –

- ¡Auxilio! – Grito Cleo Y se lanzó hacia el fondo de la cárcel. -

De la nada, el mechero se consumía, y Hermes apareció de entre la contienda detrás de monstruo, arremetiendo con su cuchilla que brillaba. Estaba justo allí entre todas las mazmorras. Luego con un golpe cortante de la puerta de la celda se abrió. Cleo veía como una sombra se acercaba con una espada en su mano que relucía cuando estaba cerca de ella. La luz clarificó la oscuridad y allí estaba Hermes.

- Señorita. Su carruaje espera. – Comenta con gracia.-

- ¿Hermes eres tú?

- Tu Héroe de siempre mi vida. – Se jacta con un amplio carácter de ego levantando la espada al cielo

- ¡¡¡¿Ehh?!!! ¡¡¡Eres un idiota llora ella!!! ¡¡¡Es peligroso!!! ¡¡¡Es muy peligroso!!!

- ¿Cómo? ¡¡¡Con un demonioo!! Vine sorteando todos los problemas desde que te desmayaste con ese asqueroso orate de Drake. ¡¡¡Y tu vendrás conmigo maldita seaa!!

- ¡¡Tú no entiendes nada!! ¡¡¡¡Que voy hacer contigo?!!! – Se lanza a llorar Cleo y luego se enfada. -

- Eyy!! Vine a rescatarte y que yo sepa en este tipo de situaciones el rescatista le dice al rescatado. Aquí estoy mi dama he venido por ti y tu llorando de alegría dirías ¡Ohh Hermes!, ¡mi héroe! ¡Sálvame!, ¡Sálvame! Así por lo menos se supone que debería ser. – le grita con todo el sarcasmo del mundo. -

- Pues no se en que cuento de hadas estás viviendo. Así no funciona esto. – Se enfada más aún.

- Mira Cleo basta de discusiones y larguémonos de éste infierno. Vine por ti y saldremos de éste lugar; las almas de tu madre y hermana están bien, y venceremos a Drake. No te voy a dejar sola jamás ¿Entendido?

¡Diablos que es difícil tratar contigo! – Regaña.

- Yo. – Cleo se acerca a él y lo abraza sollozando y besa intensamente - No sé qué decir. – Se entristece ella – Eres un tonto Hermes, viniste hasta aquí por mí – Cleo lo vuelve a besar - ¡Te amo!

- Ya niña, claro que vendría. Cruzaría mundos; todos los mundos posibles por ti – Y Hermes le devuelve el beso – ¡Ya! ¡larguémonos de aquí!

Ambos se fueron por otro corredor avanzando a gran velocidad. Cleo aún continuaba débil en su aspecto, por todo el poder que emanado de ella se expandió con la destrucción del laberinto, y los embrujos de Wotan, y Drake.

¡Alto! - Le dice Cleo a Hermes. Se detiene justo entre unas rocas. Allí apoya su mano, y sus ojos comienzan a desorbitarse de cierta forma. La contundencia del poder comienza a reafirmarse. Cleo recita unas palabras en ellas. – aisig puingean gach rìoghachd: sgrios na puist a tha gam chuairteachadh – (rearma los puntas de cada reino: acaba con los pilares que me encierran.) Am bàsmhor a tha ag ràdh gur e Dia a th' ann, an diabhal a dh'iarras a bhith na rìgh. (Al mortal que pretende ser dios, al demonio que busca ser rey.)

Las piedras comenzaron a moverse y un monte de escombros recaía sobre ellos.

- Cleo debemos irnos todo se va derrumbar – Dice Hermes. Cleo aún continuaba en trance hasta romperse este y se desmaya. Hermes la levanto en brazos y la llevó por el final del pasillo, luego otro que parecía interminable hasta dar con una habitación espaciada con matices grises y azules en el suelo y las paredes. Un cuadrado con todos los aspectos iguales en su tonalidad.

- ¡Bravo! ¿Parece que lograste llegar? – Drake estaba completamente sano, con su pronta recuperación. Luego la sala se completó con varios demonios en todas partes. Hermes se remordía los dientes, y acostó a Cleo en el suelo.

- ¡Tú y yo maldito! – Le dice desafiándolo. -

- ¿Tu? ¡Escoria! ¿Piensas que puedes luchar conmigo?

Los demonios permanecieron en su sitio. Hermes corrió contra Drake sacando su arma de fuego. En su velocidad disparó varias veces. Drake paraba cada una con su espada. La rapidez de leer los movimientos le facilitaban las cosas a Drake que asestó un golpe con su sable contra este arrojándolo al suelo herido.

Hermes apenas pudiendo respirar se tomaba el pecho con la mano con la caída del sangrado. Sus ojos estaban transformando en odio. Los demonios se acercaron a él y una ráfaga los aniquilo. Era la boca de Nela que llegaba con Hartman, Mac, y Manni. Cleo estaba entrando en sí, y apenas esbozó una leve sonrisa por su llegada. Pudieron llegar gracias a Nela, y su campo demoniaco.

-

- ¡Amigos! Apenas podía comunicarse Hermes.

- ¡Bien llegaron todos! – Dijo Drake y alzo su espada lanzando un rayo hacia ellos que electrocutaba sus cuerpos. Luego apuntó nuevamente a Cleo.

- ¡¡Noo!! – Gritó Hermes desesperado. Drake lanzó su ataque contra ella, que recibía el impacto estando débil.

- ¡¡Grr!! ¡Veras! – Phileas fue contra él con todas sus fuerzas. De su cuerpo emanaba una radiación colorada, brío intenso y dinámico. -

- ¡Ah! Tu energía demoniaca esta fluyendo, pero no sirve ¡Ja! ¡ja! – Ambos chocaron filo con filo, fuerza con fuerza. –

- ¡Te odio maldito! La fuerza de Hermes se incrementaba, y el sable de Drake con su filo acertó nuevamente su pecho.

- Tu cuerpo me servirá y tendré mucho poder. – Se dijo - ¡Ja! ¡Ja! ¡ja!

El gruñido de Hermes intentando detener. Drake corta con su filo despiadado su mano derecha y luego su hombro. -

- ¡Hermes! – Grita Cleo débilmente. Su enclenque fisonomía difícilmente podía ser de ayuda.

- ¡Te odio! – Hermes lanzaba sus palabras como dagas a la figura perversa de Drake.

- ¿Por qué luchas con odio? ¿Guardas rencor? Tu destino siempre fue cruzar espadas, fuego contra el enemigo, ¿O contra ti mismo?

- Lucho por responsabilidad -Confiesa Hermes débilmente. –

- No, no lo haces por ello, lo haces por odio. Por odio a todos los caídos, a tus seres queridos, tu amada, tu amigos. Y ese odio te consume Hermes,

lentamente. Desde el fondo de tu corazón por tu naturaleza de demonio odias. Y esa es tu perdición. humano-demonio. –

- ¡Yo protejo! ¡¡¡¡¡Y no dejaré que lastimes a nadie más!!!!

- ¡Tú no puedes proteger a nadie! – Ríe Drake golpeando con su pie la mano de Hermes lastimada. Solo eres vacío inmundo. Y todos tus amigos y incluso esa mujer débil solo frena tu instinto. – Las palabras de Drake, hacían que Hermes comenzara a reflexionar y en su interior su corazón se iba transformando en otra criatura - ¡Si vamos! Dame ¡lo que tiene criatura oscura! ¡Regresa a donde perteneces! ¡A nosotros! – Sigue riendo Drake con maquiavélica sonrisa. -

- ¡¡Hermes!! – Gritó Cleo llorando – ¡¡¡Hermes!!! – Llora con lágrimas que caen al suelo – No dejes que te domine – Ella con sus pocas fuerzas se acerca a Hermes y lo abraza – Drake dice que tienes odio – Llora Cleo colando sus lágrimas en el pecho de Hermes –Pero yo sé desde el fondo de mi corazón que has luchado infinidad de batallas incluso sin el odio y has ganado incontables batallas, y has protegido a innumerables personas. Tu deseo de proteger es suficiente.

- ¡¡Cleo!! – La voz de Hermes se iba transformando, con sus ojos rojos de tinte sangriento, y poco a poco se iba apagando – protege, protege Hermes

– Dijo una voz interior. No importa si tu arma no llega, no significa que no

puedas, pero si podrá tu alma– Su voz se mesclaba con la voz de Cleo. -

- Él, te está provocando – Llora Cleo. – Si pierdes el control, perderás la vida.

Peleare para protegerte Hermes, pero tu protege las cosas que yo quiero proteger – Cleo, lanza con sus pocas fuerzas una bola de energía contra Drake que la inutiliza devolviéndola, Hermes ante la desesperación se coloca frente a ella y es golpeado siendo lanzado al suelo junto a Cleo. -

- Todos pelearemos para protegerte – Hartman hizo su presencia, junto a

Manni, Y Mac.

- ¡Amigos! – Apenas puede expresarse Hermes con alguna debilidad post batalla. -

- No dejaremos que luches solo – Todos tenemos asuntos personales con él.

Estamos contigo Hermes – Esto es una batalla para todos nosotros.

-

Hermes se aleja de Drake. La fuerza de todos se va incrementando y se dirige a éste, y Cleo con su poder se levanta y va hacia Hermes ambos se toman las manos y desde allí una espada se dibuja. Drake la ve sorprendido.

- ¿Qué es todo esto?

La energía espiritual de ambos aumenta, y allí en una estocada aciertan contra Drake penetrando su corazón con ella. Este cae al suelo. El impacto lo lastima y Drake termina totalmente inconsciente. De su fisonomía, salen gases de hedor. Como si se estuviera desvaneciendo su piel. Su cuerpo se enciende en llamas. -

Pronto esa espada desaparece y Cleo cae en brazos de Hermes que se arrodilla sangrando. Ella acomoda su mejilla en su pecho sintiendo el débil corazón de Hermes.

- Lo hemos logrado – Expresa con una voz endeble Hermes a Cleo. –

De forma extraña el cuerpo de Drake se incorpora. – Todo su rostro está quemado

- ¡¡¡Moriran!!! – Grita con aberración – ¡¡Mueran!! Y proyecta su espada contra Hermes y Cleo. El golpe es soportado por una iluminación. - ¿Qué?

Urq, alcanzó la espada de Drake. Y extiende su brazo y la palma de su mano hacia él.

- à sealladh gu bràth (desaparece eternamente.)

La incandescencia resplandece en toda la habitación y solo restan vestigios de cenizas. El cuerpo de Drake se desvanece para siempre, en la eternidad volando hacia los campos de las arenas del mundo oscuro.

Todo ha terminado. Hartman, Manni, y Mac se acercan a Hermes y Cleo. Harr, aparece y Nela se arroja a ella de felicidad. – se dieron unos momentos de calma.

-

- Han luchado bien, y les permitiré regresar a su mundo, y cerraré este por

siempre – Expresa Urq. -