Chapter 13 - La despedida. -

Fue una aventura, pero no la última. -

Luego de recuperarse de las heridas, Hermes descansa en la cama, en los dominios de Everlast. Había despertado luego de tres días de descanso por todo lo sucedido.

Urq, se encargó de devolverlos a su mundo, y selló el gran agujero. La pequeña Nela les dio el adiós, llorando. Se abrazó a Hermes, que solo podía sentirlo.

- Nela va extrañarlos.

- Nosotros también - Dijo, una Cleo que estaba recuperándose y de su cuello le dio a ella una cadena. – Toma Nela, te dará suerte –Un último abrazó de despedida.

Urq y Harr se tomaron la manos y y conjugaron un rito, enviando todo lo que no fuere del mundo oscuro al mundo de Necromancer.

Hermes despertó, a su lado estaba Takeda.

- ¿Takeda Inu? ¿Eres tú?

- ¡Teniente que bueno verlo! Estuvo muchos días inconsciente

- ¡Wow! Tuve un sueño, muy extraño. ¿Dónde estamos?

- ¡Estemm!

- ¡Bueno no importa! - Pero ¿Y Cleo, Hartman, Manni? – Se pregunta. – Takeda dudó en lo que preguntaba. –

- ¿Estamos?

- ¡En casa teniente!

Hermes presintió un aire extraño, como si todo fuera diferente. Su mirada se enajenaba en un distraído efecto. Era esa situación enfrascada que se guardaba en su interior del corazón en el cual las imágenes de lo sucedido, eran reales; fuertes, abismales. -

- ¿Sera que fue todo un sueño?

- Todos soñamos a veces teniente – Explica Takeda. –

- ¡Si dijo! – Un poco desilusionado –

- ¿Qué ocurre?

- Es que fue tan real. – Confiesa –

- Claro que es real ¡tonto! – Explica Cleo que ingresa a la habitación – Luego sonríe

- ¡¡¡Cleo!!! – Expresa Hermes. Ella se arroja en la cama en los brazos de Hermes y le da un beso. Mac entra a la habitación, con Takeda se ríen. Mary y Lady Margareth Mont ingresan también.

- ¡Qué bueno que ya te sientas bien! - Expresa Lady Mont -Debo agradecerte lo que has hecho. Mary asiente.

Hermes estaba confuso en todos los hechos, y Cleo se tomó la molestia de explicarlos. Su regreso, y control militar que se está realizando a fin de evitar que muchos de los monstruos sigan acechando los poblados. El reino del dragón ya no existe. Hartman regresó a su aldea con su familia, y dejo el recado de agradecimiento, Manni hizo lo mismo en la escuela de magos que será reconstruida.

- ¿Drake?

- Sus cenizas, fueron polvo. Desde el mundo oscuro Urk y Herr, padres de Nela crearon una tumba a fin de asegurarse que su entierro sea seguro, y jamás regrese. Fueron claras sus oraciones.

Hermes estaba sorprendido por ello. El atónito acontecimiento le hacía preguntarse todo lo que su mente ensimismaba. Luego de su recuperación. Hermes estaba

hablando con Takeda sobre todo lo sucedido. Él le contó que su alma también había sido llevada, y desecha, lo que logró escapar. Y permaneció en el único lugar que podía. El cuerpo de Mac, poco después de la llegada al norte.

- Ahora entiendo como el niño piloteaba el avión

- ¡Nunca lo ayudé! Solo permanecí en su cuerpo. –

- ¡Increíble!

Pasaron el mediodía hasta llegar a la cumbre de la puesta de sol. Lo admiraron, pues nunca se podía ver una vista tan maravillosa. Lady Mont, llegó con Mary. Tenían noticias sobre su regreso al mundo de los humanos de la tierra. Sus palabras fueron claras. Venimos a darles un aviso sumamente importante.

- Mañana se abrirá el portal. – ¡Pueden regresar a su mundo! Una vez allí y no podrán regresar nunca. Cerraremos todo indicio.

- ¡Perfecto! – Expresó Takeda. -

Hermes no decía nada. Luego que Takeda fue a caminar a la mansión.

Hermes fue por Cleo. Ella estaba sentada en la fuente que había sido restaurada luego de la primera batalla. Estaba un tanto triste. -

- ¡Hermes! – Sonríe ella sin dejar que se note aquella lamentación. Él se sienta a su lado

- ¿Estás bien?

- Si, supongo. Mañana se abrirá el portal para que regreses a casa ¡Podrás volver!

- Si – Confesó con una voz apagada. –

- ¡Es tu mundo Hermes!- Reveló ella con toda sinceridad. No deseaba que se fuera, no obstante la sacerdotisa, le expuso las contrariedades de que Hermes se quedase aquí, y sin remedio que curase ese efecto, se resignó antes que Hermes despierte a aceptar ello.

- ¿Y lo nuestro?

- ¡Fue un bello momento! ¡Soy una hechicera nigromante! Si permaneces aquí ya no podrás regresar nunca. Quizás ya no existas allá, eso podría alterar todo. No lo sabía, hasta que la sacerdotisa Kik me lo expresó luego de acabar todo. Hermes pensó en lo que expresaba Cleo. El pertenece a un mundo diferente. Y no existirá jamás. Una vez un ascendiente de él fue allá, y se llevó las palabras y ahora el regresaba, y debía retornar como corresponde, para no producir paradojas del espacio; tiempo dimensional. Las palabras que se robaron eran las del mundo oscuro, y al final regresaron. Ya Hermes no podía verlas. – Si no pasas ese portal, podrías morir en nuestra tierra. – Y no voy a permitir que eso suceda. – No voy a permitir que un día no despiertes, que tu esencia se vaya apagando de a poco, porque ello ocurrirá. Tu cuerpo, mente, corazón, y alma se irán evaporando – Cleo fue tan firme y dolorosa, aunque no deseaba serlo

- ¿Podría morir? – Languidecer poco a poco, como una agonía ¿Hermes quería vivir? – Ahora que quería vivir, y ya no estar del lado de la muerte – Se dijo así mismo. Pero vivir significaba Cleo, y nada más ¿Volver a ser de nuevo el viejo Hermes, luego de despedir su pasado y con ello a Leticia? No lo comprendía. Phileas quería vivir, pero con Cleo a su lado. -

- Sí, es por ello que tu antepasado regresó. Tienen un plazo determinado desde que se abre el portal hasta que lo vuelven abrir. – Luego deben regresar, sino comienzas a desaparecer como partículas de átomo que se esfuman, pues tú nunca exististe aquí. – Cleo, no quería aceptarlo, pero la vida de Hermes, era su prioridad.

- ¿Y tú qué piensas?

- ¡No voy a dejar que nada te pase! – Le da la mano a Hermes, Cleo. -

- Si quizás sea mejor de esa manera –

Ambos estuvieron el uno cerca del otro sin expresar palabras. –

Al otro día ambos pilotos estaban listos como sus aviones. –Takeda se despidió de todos, y Hermes se acercó a cada una, e hizo el saludo militar. Se subió como paso siguiente a su avión. Ambos en el aire. Takeda se acercó.

Hermes, solo concluía todo lo que fue esta aventura y su vida pasada.

"Quedarse solo puede significar muchas cosas. He conocido de ello, desde que disparé mi primer fusil y di en el blanco. Cuando lo logras, te empiezas a quedar solo. Luego te acostumbras a que no haya nadie alrededor. Esa soledad que te brinda la guerra es muy similar a la vida normal cuando hieres a los demás con las palabras, y es porque uno ha sido dañado. Quizás siempre fui bueno para quedarme solo, pero también están los que son extremadamente buenos para sanarlas. Cleo llegó en el momento justo. Nunca tarde para que alguien salve tu vida en vez de destruirla. Nunca es tarde para que el antídoto pueda dar un descanso a los seres del pasado". No puedo irme ¿Qué hacer?

- Señor el amor es paradójico – Dijo- ¡Piénselo bien! ¿Usted jamás temió a la muerte no? – Takeda saluda a Hermes y pasa al otro lado. Hermes, cerró sus ojos, y e hizo un giro inesperado. Dando la vuelta. A Hermes no le importaba si estuviera poco tiempo en éste mundo, siempre y cuando fuera con Cleo ¿Vivir uno año, o mil, que razones hay sino son las que nos hacen felices en el corazón? Trataré de despertar cada mañana como de lugar, no dejaré que me lleven.

Las damas veían su regreso.

- Parece que eligió aquel hombre del mundo humano de la tierra. renunciar a su vida, y estar aquí el tiempo que pueda – Confesó la sacerdotisa Kik

¡Qué remedio! Eras lo que querías pequeña, parece – Se resignó Kik. Cleo respondió con un gesto, un poco triste y alegre. No dijo nada. – Si sé que de alguna manera, no querías que se fuera, aunque sepas que si no vuelve, no pertenecerá allá jamás, y podría desaparecer aquí. -

- ¿Y ahora? – Se preocupa Cleo. –

- ¡Lo protegerás con tu poder para que sea de nuestro mundo! – Si tú vives, él vive. Él te protegerá a ti con su poder, y tú a él, y él a ti por siempre. Pues desde sus antepasados estuvieron conectados – ¿Puedes hacer ese sacrificio? Recuerda, si algo te pasa, Hermes está perdido. Esa es tu carga, tu condena, y la de él. Tú lo protegerás, y él te protegerá. -

- ¡Claro que lo haré! – Dijo Cleo feliz. –

La sacerdotisa, se encargaría de plasmar en los papeles de la tierra, que una nigromante, y un humano con raíces de demonio, vivirían el uno para el otro. -

Hermes aterrizaba, y el polvo del avión se iba ampliando. Al saltar de su avión, Cleo fue corriendo a él. Ambos se abrazaron y un beso selló su permanencia en el mundo de Necromancer para siempre.

Comenzamos esta aventura con un propósito y la concluimos con otros. Nunca se puede decir que no ocurrirá nada especial. Así lo pensó Hermes, y así lo definió Cleo. -