— No jaja, es mi padre, aparte soy lesbiana
— Eh, no quiero pensar en cómo dos mujeres pueden, ay no prefiero no pensar Daniela.
— Jajaja abuelo, estás muy atrasado de la modernidad.
_ Vamos a dejarlo. — mi abuelo llamó al metre, — Per favore, la pendenza. Rosetti te recogerá esta tarde, para llevarte a Rímini, allí tienen una lujosa casa de tu tío Fabio, que es tuya desde hoy, ten las llaves.
— Abuelo pero quiero saber más de mi padre.
— ¿Tu quieres conocer a tu padre?.
— La verdad no sé abuelo.
— Él estará en Jaén unos días con su esposa y tus dos hermanas.
— ¿Mis hermanas?
— Si, Verónice y Alexandra.
— Ahora se complican más las cosas porque no se si quiero conocer a mi padre pero al saber que tengo dos hermanas todo cambia.
— Acuérdate Daniela a las 18:45 te recogerá Rosetti.
— Si abuelo estaré preparada.
La noche pasó muy rápido, me levanté y me dí una ducha y tomé un rico café como a mí me gusta.
— Fabiola, ¿donde me guardaste mi ropa interior?.
— Perdón señorita Anastasia.
— Solo me llama así mi abuelo cuando está enfadado.
— No quise molestarte señorita.
— No pasa nada Fabiola, me gusta también que me llamen Así.
Mi chófer nuevo ya está esperando para llevarme a la universidad.
— Gracias por ser tan gentil Rosetti.
— Cómo durmió Daniela.
— Bien gracias.
— Quiere que le acompañe Daniela.
— No tranquilo me esperan en la puerta.
— Solo quise ser cortés.
— Gracias, llegué a mi destino.
Allí me espera el director de la Universidad de Rímini — Buenos días soy Daniela.
— Sabías que tú abuelo es cofundador de esta universidad y uno de los que da fondos para estudiantes de Erasmus.
— Mi abuelo es así, pero no estarás intentando hacerme la pelota para que aporte más dinero mi abuelo.
— No por favor, Daniela no era mi intención. Espera un poco Daniela.
— Si — le dije, esperaré sin problema.
En ese momento un chico pasó por mi lado.
— Hola ojazos, seré tu guía si quieres.
Una carcajada salió del interior mío, después un gesto un poco deshonroso, el chico seguía insistiendo, en esto que me paró.
— Podrías contestar por lo menos.
— A ver cómo te llames, soy lesbiana no quiero hombres como pareja, te quedó claro.
— Creo que me quedó clarísimo, chica lesbiana.
De esto salió el director de la que iba a ser mi clase. — Daniela entra por favor.
— ¿Yo?
— Si claro, no hay más personas aquí.
— Vale.
Un pequeño empujón me adentró en aquella clase, todos se rieron por qué casi tropiezo con un paso de la clase.
— Chicos y chicas — dijo el director, callar un momento, os presento a Daniela Anastasia Rinartti.