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Chapter 9 - Las Responsabilidades de Harry.

En cuanto estuvieron de regreso en la mansión de Arcturus, Harry corrió a su habitación llevando en su bolsillo el baúl encogido que contenía sus compras y los libros que había sacado de la Bóveda Potter.

Arcturus no pudo hacer nada para evitar que el pequeño nieto de su hermana lo dejara atrás. El niño se movía rápido, y él ya estaba viejo.

De forma solemne y apropiada, Lord Black camino a paso lento y decidido hasta la habitación de Harry. Mientras se reía para si mismo pensando en sus ya crecidos y distanciados nietos y nietas.

Llego a la habitación de su sobrino nieto para encontrar al niño mirando fijamente el baúl encogido sin saber que hacer.

—Supuse que eso seria un problema —comento Arcturus desde la puerta de la habitación.

A lo que Harry miro rápidamente a su tío abuelo y con una mirada suplicante intercalo entre el anciano Lord Black y el baúl encogido, como si no estuviera claro lo que quería.

—Cuando pase algo similar, y no sabes como revertir un hechizo, prueba primero con esto —dijo Arcturus sacando su varita y apuntando al reducido baúl— Finite —pronuncio claramente mostrando de forma exagerada y lenta el movimiento de varita, un giro concéntrico rápido con la muñeca al apuntar.

El baúl comenzó a crecer, y acabo por recuperar su tamaño normal. A lo que Harry procedió a abrirlo rápidamente, y esparcir los libros sobre su cama. Para después tomarlos uno a uno y ponerlos en sus estanterías vacías de forma ordenada.

Cuando solo quedaron dos grandes libros en la cama, Harry volteo hacia Arcturus y pregunto.

—¿Dónde pongo estos, abuelo? —consulto el niño con tono respetuoso— no creo que tener los estatutos de las Casas Potter y Black en mi habitación sea una buena idea.

Arcturus sonrió, y asintió.

—Bien pensado, Harry —consintió la preocupación del niño— Los guardare en mi estudio, es mucho mas seguro, especialmente si quieres tener a tus mascotas aquí —dijo levantando los dos grandes libros, y poniéndolos bajo su brazo izquierdo, luego volteo hacia las estanterías casi completamente vacías de Harry, y reparo en| que dedico una completa a los libros sobre criaturas, y otra para historia mágica. Y finalmente la tercera, con los libros de pociones, ingredientes y hechizos.

Conforme con la organización de su sobrino nieto, Arcturus se comenzó a marcharse después de restaurar la jaula del runespoor que mantenía encogida en un bolsillo de la túnica.

—Sera mejor que cuides bien de esta criatura, Harry —dijo Arcturus mientras se retiraba de la habitación— es tu responsabilidad cuidarla, si muere será también responsabilidad tuya, y no tendrás más criaturas mágicas hasta que entres a Hogwarts —advirtió finalmente cerrando la puerta tras él.

Una vez que se quedo solo en su habitación, Harry miro la jaula de cristal en la que estaba el pequeño runespoor que habían comprado en la tienda de Fieras Mágicas Exóticas.

Era completamente de un color naranja brillante, y era muy muy pequeño, con solo unos cinco centímetros de cabezas a cola. La cola era larga con unos cuatro centímetros, y la cabeza y cuello media solo uno.

Era bastante extraño oír sus siseos, no eran palabras completas sino mas bien balbuceos como los de un bebe. Lo que tendría sentido porque dado su tamaño el runespoor debía ser un bebe, se dio cuenta Harry.

Ahora Harry se arrepentía de no pedir instrucciones al dueño de la tienda sobre cómo cuidar del runespoor.

Pero primero, decidió el niño, tenía que presentárselo a Venom, su serpiente de jardín. Y luego debería leer un poco la primera edición de Animales Fantásticos, las notas de Newt Scamander sobre cómo cuidar criaturas deberían ser útiles.

—¡Mint! —llamo Harry.

Menos de un segundo después, con un fuerte crack su elfina domestica personal apareció con una mirada expectante por órdenes.

—Mint, podrías buscar a Venom, creo aun esta en el bosque —pidió Harry a la elfina, que frunció el ceño en respuesta.

—Amo Harry, señor, Venom esta durmiendo bajo su almohada, señor —dijo la elfina que chasqueando los dedos hizo levitar la almohada de Harry de la cama, revelando a la pequeña serpiente de jardín de color verde acurrucada sobre las sábanas.

Harry miro a la dormida serpiente con incredulidad, debería haber escuchado cuando llegaron, y no se había molestado en levantarse a saludar.

El niño camino hacia la cabecera de la cama, y sin anunciar su intención levanto a la pequeña serpiente verde por la cola. Poniendo su pequeña cabeza de ojos negros frente a su propia cara.

⚕Venom… ¿has dormido bien? ⚕pregunto el niño irritado en parsel.

Harry juraría que el verde de Venom había palidecido ligeramente cuando le hablo, pero la pequeña serpiente simplemente asintió con la cabeza aun estando colgada de la cola.

⚕En efecto, orador⚕contesto con un tono despreocupado⚕ ¿Me necesitabas para algo? ⚕pregunto finalmente mostrando un poco de nerviosismo.

⚕No en realidad, solo quería presentarte a un nuevo amigo⚕contesto el niño, recogiendo adecuadamente a Venom ahora, dejando que se enrollara en su antebrazo antes de acercarlo al la jaula de cristal que contenía al runespoor ⚕ Es un runespoor… una serpiente de tres cabezas… este es un bebe…⚕

⚕Ya veo… ¿quieres que lo cuide? ⚕pregunto Venom tras mirar a la pequeña serpiente naranja.

⚕Solo cuando yo no este allí, es un bebe… y es demasiado pequeño para cuidarse a sí mismo⚕ contesto Harry antes de dejar a Venom sobre la cama, la serpiente de jardín siseo su asentimiento y se acurruco para continuar durmiendo.

Harry en tanto camino hacia su estantería y tomo la copia de Animales Fantásticos de primera edición, y recorrió el libro hasta la entrada sobre los runespoor.

Busco también pergamino y un frasco de tinta para tomar notas. Y comenzó a leer y escribir lo que le pareció importante.

«Los runespoor no suelen sobrevivir mucho tiempo, porque las cabezas entran en constante conflicto.

Cuando nacen miden aproximadamente cuatro o cinco centímetros… entonces el mío es un bebe.

Los recién nacidos pueden comer pequeños insectos, pero no arañas…»

Luego de mas de media hora de lectura y toma de notas, Harry se sintió preparado para lidiar con el runespoor.

Mint, que aun permanecía en la habitación pues no se le había dado permiso explicito para irse se mantenía de pie junto a Harry, era realmente conveniente en este momento.

—¿Mint, puedes ir al bosque y traer muchas hormigas en un frasco? —pregunto Harry.

La elfina asintió con vehemencia y se esfumo con un crack.

Harry en tanto se movió hacia la jaula de cristal del runespoor. Y con mucho cuidado saco a la pequeña serpiente naranja que entraba perfectamente en la palma de su mano.

El niño acaricio cada cabeza del runespoor suavemente con un dedo, escuchando los siseos complacidos de la pequeña criatura.

Mint regreso unos minutos mas tarde, con un frasco de un kilogramo lleno hasta el tope con hormigas vivas.

—Mint ha traído lo que el amo Harry pidió, Mint lo hizo —dijo la elfina enseñando el frasco al niño.

—Gracias, Mint. Puedes noquear a las hormigas para que no escapen cuando abra el frasco —pidió Harry complacido.

—Mint lo hará —dijo la elfina antes de chasquear los dedos emitiendo un pulso rojo en el frasco que dejo inmóviles a las hormigas.

—Perfecto, Mint, puedes volver a tus otros deberes —la despidió Harry tras recibir el frasco.

Harry una vez solo con el runespoor… Venom estaba dormido así que no contaba. Desenrosco la tapa del frasco y saco unas pocas hormigas que luego ofreció al runespoor.

Fue divertido ver como cada una de las tres cabezas trataban de comer más hormigas que la otra. Hasta el punto en que comenzaron a pelear entre ellas.

No obstante, Harry no dejo que pelearan mucho tiempo, y los separo interponiendo sus dedos como separación entre ellos. Diez minutos después, y tras un festín de hormigas… comieron aproximadamente dos cucharadas grandes en total. El pequeño runespoor se quedó dormido.

Harry trato de dibujar a la pequeña serpiente mágica mientras dormía, pero el resultado final fue menos que adecuado.

Finalmente, Harry se dirigió al comedor, para cenar con su tío abuelo.

Arcturus ya estaba sentado a la mesa cuando Harry llego, pero no se había servido ningún plato aun, así que estaba justo a tiempo.

Harry se sentó a la mesa, a la derecha de Arcturus, como hacia en cada comida. Y permaneció en silencio hasta que los platos de la cena aparecieron sobre la mesa.

De forma lenta y respetuosa, el anciano y el niño comenzaron a comer en un silencio cómodo y apacible, solo después del entrante, Arcturus rompió el silencio.

—¿Cómo esta tu runespoor, descubriste que darle de comer? —pregunto Arcturus con un tono conversacional bastante rígido y formal. Otra prueba de comportamiento, se dio cuenta Harry.

—El runespoor se encuentra bien, abuelo. Y encontré información sobre su dieta en los libros. —contesto Harry tan formal como pudo.

—Bien —asintió Arcturus reconociendo la respuesta de Harry— a partir de hoy deberás procurar el bienestar de tus mascotas, el runespoor a diferencia de tu serpiente de jardín no puede velar por si mismo, al menos por ahora —continúo diciendo en tono serio, formal y paternal— No solo eso, sino que deberás manejar tu tiempo adecuadamente, debes cuidar del runespoor, pero también comenzaremos con tu educación formal. Mañana después del desayuno te dirigirás a mi estudio, comenzare a impartirte lecciones sobre la conducta esperada de un heredero de una familia noble de sangre pura, es imprescindible si queremos que puedas reunirte con otros niños de tu edad sin faltar al protocolo.

—Si… err… comprendo, abuelo —respondió Harry corrigiéndose para usar el habla adecuada dado el tono con que Arcturus estaba hablando.

Arcturus solo asintió, mientras que dos cuencos de sopa aparecían frente a ellos. Era una crema de cebolla con trozos pequeños de carne de res. A Harry le gustaba el sabor, era un poco fuerte, pero de la manera correcta, se sentía la cebolla y la res, pero no era excesivo, y tenia poca pimienta, a Harry no le gustaba demasiado el picante.

Tras terminar la sopa, la conversación se reanudo.

—Por las tardes, antes de ir a la cama, comenzare a instruirte en magia básica. Solo lo imprescindible del Libro Reglamentario de Hechizos de grado uno —continúo informando Arcturus— después de las lecciones de la mañana, entre el almuerzo y la cena será tu tiempo libre. Puedes usarlo para lo que quieras, lectura, explorar el bosque, volar con tu escoba, lo que quieras. Pero asistirás a todas tus lecciones, sin falta, o perderás algunas de esas libertades.

Harry pensó por un momento, tratando de ordenar la información y luego asintió con una sonrisa.

—Comprendo, abuelo. No me saltare las lecciones —confirmo el niño.

—Bien, porque estas bastante atrasado, al menos en protocolo formal —informo Arcturus con seriedad— deberías haber comenzado a aprender a los cinco años, pero tienes siete, y si bien aprendes rápido, no quiero que mi heredero, el heredero de Dorea, pueda ser superado por un mocoso del Ponce peliblanco Malfoy… —mascullo amargado— con la basura con que se caso Cissa… niña tonta… Cygnus pequeño imbécil descerebrado —continúo murmurando.

Harry sabía que había varias cosas sobre los Black con lo que Arcturus no estaba de acuerdo, especialmente en el tiempo en que su hijo Orión dirigió a la familia en su lugar. Por ello, el niño ya se había acostumbrado a los murmullos malhumorados de su tío abuelo cada vez que pensaba en sus nietos o nietas.

—En fin, Harry, mañana comenzaremos con tu formación, y espero que me hagas sentir orgulloso —expreso Arcturus honestamente.

—Me esforzare, abuelo —respondió el niño.

Pronto se sirvo el plato final, un filete de res cocinado en vino para Arcturus, y un plato de pure con chuletas de cerdo ahumadas para Harry.

Terminada la comida, Harry siguió a Arcturus a su estudio, pues su tío abuelo quería contarle un poco sobre el Escuadrón de las Hébridas Negras, y su campaña en el continente en contra de Grindelwald.

Harry estaba realmente inquieto por ello, pues una historia así significaba una historia de su tío abuelo en su juventud, y también de su abuelo Charlus. Esas historias eran sus favoritas.