Chapter 12 - Lucha.

-¡La piloto ha caído en inconsciencia!

-Apliquen maniobras de reanimación. ¡Rápido!-. Ordenó Misato.

-¡Entendido! Aplicando masaje cardiaco en la piloto-. Informaba Maya mientras ejecutaba la orden. Pese a ello, los indicadores seguían sin mostrar indicio alguno de reacción en la piloto.

-¡Ella no responde…!

-Vuelvan a intentarlo.

Varias veces intentaron desde los comandos reiterar las maniobras de reanimación, pero en todas las oportunidades ellos fracasaron.

-¡Mayor, la piloto no responde!

-¡¿Cómo que no responde…?!-. Pregunto sorprendida.

-¡No tenemos contacto ni con la piloto ni con el Eva!

-¡¿Qué estas diciendo…?!

-¡Mayor. Hemos perdido todo contacto con el Eva…!

-El ángel acaba de desconectar y expulsar el cable administrador de energía-. Informaba otro operario mientras se veía por las pantallas como dicho cable se eyectaba y la blanca mancha conquistaba dicha superficie.

-¡¿Acaso esto significa que…?!

La pregunta que Misato nunca pudo terminar de proferir no obtendría mas respuesta que el afirmativo y cómplice silencio de los operarios. De todos los peores escenarios posibles, precisamente estaban contemplando el mas aterrante. Un Evangelion liberado con su propio órgano S2 estaba siendo controlado por el ángel mediante la asimilación que este hacía de dicha unidad. Si el enviado celestial lograba su cometido, el día del juicio final se desataría violentamente y ya no habría un mañana para nadie.

___________________________________________

Completamente ajena a toda esta sensación de pánico imperante en los cuarteles centrales y muy lejos de allí, en un recóndito y lejano lugar, una chica pronunciaba débil y dubitativamente el nombre de cierto chico desaparecido que había retornado abruptamente a su vida. Y no era para menos; para alguien como ella, quien solo conocía y comprendía de explicaciones lógicas a todos los fenómenos que ocurrían a su alrededor, este hecho parecía serle absolutamente imposible e inesperado, pero no por ello le era desafortunado. Al contrario, ella sintió una inexplicable pero agradable sensación de calidez dentro de su pecho al recibir la afirmativa respuesta de ese chico en la forma de una sonriente y acogedora mirada risueña de esos ojos azules. Logrando ignorar completamente el abrumador dolor que la envolvía, ella se incorporo tan rápido como pudo y abrazó llena de una insólita y desbordante felicidad a aquel muchacho. Él, por su parte, pudo sentir el estremecimiento de esa chica al corresponderle en su abrazo, al poder experimentar a través del contacto corporal la sensación de felicidad que inundaba a aquella chica, esta era una sensación novedosa y a la vez maravillosa que no quería dejar de sentir. El estremecimiento de esa chica paso a ser mas fuerte y ella apoyo su cabeza en el pecho de aquel muchacho, mientras él sentía como ella respiraba entrecortadamente. Asustado, el chico se separo suavemente de ella y tomo delicadamente el mentón de ella y lo levanto. Al verlo, se sorprendió de ver que también había un estremecimiento en aquellos ojos escarlatas que parecían estar al borde de las lágrimas. Pasando uno de sus dedos por el rostro de Rei, él corto una lagrima que bajaba mientras le hablaba serena y sonrientemente.

-¿Por qué quieres llorar? Ya no existe razón para que llores, no hay razón para que sufras.

La chica peliazul fue contagiada por esa sonrisa y pudo reflejar en su rostro la felicidad de volver a verle, ello mientras otros débiles y cálidos surcos de lagrimas que manaban de esos ojos carmesíes recorrían ese pálido rostro que ahora reflejaban la profunda dicha de esa chica.

-Yo… yo me siento feliz de… de volverte a ver Shinji… Yo estoy muy feliz-. Respondió ella con la voz temblorosa y entrecortada pero que aun así era capaz de transmitir emociones inéditas en ese rostro, emociones que sorprendieron gratamente a ese chico, quien volvió a abrazar a la chica peliazul.

-También me alegra mucho verte Rei.

La primera elegida se sentía feliz por el hecho de que alguien se alegrara de su presencia, nadie le había dicho eso antes, ni siquiera Asuka. Y en aquel momento, su felicidad se deprimió parcialmente a la vez que un extraño y abrupto dejo a hiel amargaba esta experiencia dichosa. Quizás, el haber pensado en su compañera, motivo a que ella bajara la cabeza y el mirar de sus ojos a la par que susurrantemente se cuestionara a si misma.

-¿Por qué?

-¿Ah?-. Le pregunto un sorprendido Shinji al haber escuchado este susurro.

-¿Por qué?

-Por que de que Rei, no… no te entiendo-. El chico separo el abrazo mientras su expresión pasaba a volverse expectante ante la espera de una respuesta. No obstante ello, Rei no le respondió y aquellos ojos rubíes dejaron de estremecerse, a la par de que se volvieron inesperadamente mas tristes producto de la confusión que ella estaba experimentando en esos momentos. Por una parte, ella estaba muy feliz de volver a ver a Shinji, mas ahora que se había dado cuenta de que su corazón albergaba un especial sentimiento de afecto por ese chico. No sabía porque ella sentía estas emociones por ese chico, ni sabia desde cuando las había estado sintiendo; quizás, y por alguna extraña razón que no podía entender, aquellos sentimientos siempre estuvieron presentes todo el tiempo, solo que estos habían sido anestesiados; o quizás, de alguna manera, habían sido ignorados hasta ese momento, en que por causa de un evento casi milagroso pudo por fin volver a ver a ese chico, y de paso, permitirle a Rei percatarse detenidamente en todas esas emociones que alguna vez tuvo, pero que tras los funestos sucesos de la última batalla parecían haber estado eternamente condenados a permanecer sumergidos en los abismos sepulcrales del mas profundo de los olvidos. Pero ahora que había vuelto a verle, ese torrente renacía dentro de ella con mas fuerza. Normalmente, y ante esto, se esperaría que el corazón de aquella pálida chica estuviera pletórico de dicha. En lugar de ello, todas estas emociones colisionaban dentro de si y solo lograban confundir aun mas a esa joven chica. Ello era posible, después de todo Rei Ayanami aun no aprendía a aceptar en forma simple sus emociones y aun se esforzaba demasiado en pretender comprenderlas; Y las emociones se confundían aun mas al pensar que a pesar de la dicha de volver a verle, esas emociones que embargaban al corazón de Rei parecían contradecirse abruptamente con otras nuevas emociones que había descubierto últimamente de la mano de otra persona. De la mano de una chica a la cual poco a poco aprendió a conocer, a aceptar y a…

Fuertemente sorprendida, Ayanami intentaba apartar estas ideas mientras ladeaba la cabeza y levantaba la mirada al darse cuenta de que en el fondo de su ser, ella sentía algo por Shinji, de la misma forma que había estado sintiendo algo por esa chica quien se había hecho muy presente en sus pensamientos.

-¿Te encuentras bien Rei?-. Pregunto Shinji con un fuerte dejo de preocupación en su voz al ver ese rostro confundido por tamañas emociones repentinas. Ella sin embargo no le dio una respuesta propiamente tal, sino que le contesto con otra pregunta.

-¿Por qué Shinji?... ¿Por qué decidiste no volver?

El chico no respondió, parecía estar consternado con esta pregunta al parecer inesperada para él. Por su parte, ella insistió con la pregunta.

-Nosotros no estamos muertos, solo estamos en el interior del ser del Evangelion. Tú puedes regresar cuando quieras; de hecho, podemos regresar si así lo queremos; pero pese a ello nunca regresaste. ¿Por qué Shinji, dime, por que decidiste no volver?

El chico dio unos pasos hacia atrás y suspiro desganadamente mientras lentamente bajaba la mirada a la vez que ladeaba la cabeza para mirar hacia el inmenso mar que tenia al lado suyo, como si ese chico no hubiera deseado esa pregunta, aun cuando en el fondo sabía bien que tarde o temprano esta iba a llegarle. Luego de largos segundos de silencio que solo se interrumpían por el ruido del suave oleaje muriendo en la playa, el respondió usando el mismo tono depresivo que marcaba su semblante.

-Lo siento Rei… pero yo… yo no puedo volver.

-¿Por qué no?

-Porque da lo mismo donde este, si aquí adentro o allá afuera. Yo estoy solo, siempre he estado solo.

Ella le miro extrañada, no podía entenderle. Y se lo hizo saber.

-Eso no es cierto. Nunca has estado solo…

-¡No lo entiendes! Yo estaba solo, siempre lo estuve…

-Pero vivías con la Mayor Katsuragui y con Asuka, tenias amigos y parecías llevarte bien con ellos. ¿Cómo podías estar solo? No logro entenderlo.

Shinji parecía estar algo decepcionado con las interrogantes de Rei. Eso explicaba el semblante cada vez mas triste que adquiría su voz.

-Puedes estar rodeado de personas, de hecho siempre viví rodeado de ellas, pero aun así solía sentirme solo e infeliz. Toda mi vida estuve así, inclusive cuando llegue a Tokio-3 y tuve que comenzar a relacionarme con mas personas. Pensé que gracias a todas las personas que conocí las cosas podían llegar a ser diferentes, incluso intente hacerme la idea de que a pesar de todas las cosas malas que me habían sucedido al final todo podría terminar siendo para mejor… pero cuando tuve que aprender a romper las barreras del mundo que me rodeaba para aprender a relacionarme con otras personas, muchas de ellas me lastimaron, algunos deliberadamente, y otros sin darse cuenta de ello. Al principio yo trataba de no darle mayor importancia, pero al hacerlo solo estaba tratando inútilmente de auto engañarme, la infelicidad y el dolor no se marchaban y seguían asolándome, haciéndome sentir solo, aun si estuviera inmerso en medio de las gentes. Y fue entonces cuando descubrí que en realidad yo no tenia nada y que todo lo que había a mi alrededor era solo una falsa expectativa, una mera apariencia. Descubrí que todos parecían que me estimaban y me apreciaban solamente porque era el piloto de una unidad Evangelion. Para muchos esto les causaba admiración y respeto, quizás, hasta les provocaba alguna envidia, y por eso me alentaban a seguir adelante como piloto, como una forma de alentarme a ser lo que ellos querían ser, pero que no podían serlo. Pero a nadie le importó realmente lo que pasaba conmigo, si yo quería pilotear, si yo me sentía bien o no al hacerlo. Para todos soy solamente un piloto de Eva, alguien que tuvo la mala fortuna de nacer apto para desempeñarse como el tercer elegido. Quizás para ese Shinji, el mundo podría haber tenido algo bueno que ofrecerle…

Pero ese Shinji que todos creían conocer no era el verdadero, solo era una imagen que todos los demás creían tener acerca de mi. No soy alguien invencible, no soy el valiente héroe que se supone debería ser. ¡Tengo miedo Rei! Tengo demasiado miedo como para interpretar el papel del chico recio y heroico que es capaz de luchar sin miedo y que puede mirar a la muerte con desprecio. ¡Yo solo quería vivir, yo solo quería ser feliz!… ¡Pero ese mundo no tenía nada para mí!. Yo no pude seguir soportando eso por mas tiempo, y así… y así fue como opte por huir-. Profiriendo el chico esta última frase, con una honda tristeza en su voz.

Nuevamente hubo un silencio, silencio que es roto a causa de una risa breve, triste y extrañamente sarcástica antes de proseguir. –Mírame Rei. Soy un cobarde… ¡¡¡Así es, tal como lo oyes!!!. Tan solo soy un cobarde, un maldito mocoso cobarde que tiene demasiado miedo de si mismo así como tengo miedo de todos los demás. Asuka tiene razón… ¡Soy patético, soy ridículo!. He vencido a la mayoría de los ángeles, pero si pudiera abandonaría toda esta locura y me marcharía lejos, muy lejos de todo y de todos, como termine haciéndolo al fin… ¡Ya no quiero seguir peleando una lucha que no quiero. No quiero seguir peleando por una causa que no logro entender...!-.

Un suspiro de resignación salió del alma afligida del tercer elegido antes de concluir. –Es por eso que estoy aquí. Aquí no tengo necesidad de fingir lo que no soy o lo que no quiero ser, aquí puedo tener paz y puedo por fin silenciar mis dudas, porque ya no hay nadie que las presente. Por fin aquí… puedo estar tranquilo, puedo… ser yo mismo-.

Rei Ayanami miraba atónitamente a Shinji, no esperaba tamaña confesión de su parte, no esperaba que ahora pudiera llegar a conocerle de esa manera, esas palabras habían permitido que ella pudiera entender ahora muchas de las acciones del tercer elegido. Pero sintió algo mas, de alguna forma ese chico había logrado vencer sus temores y le había revelado a esa chica sus mas profundos temores y pensamientos. Y ella deseo aprovechar la oportunidad para que ella le revelara lo que había dentro de su ser.

-Quizás, aun no logre entenderlo… pero por alguna razón, siento que yo puedo entender lo que sientes.

-¿Uh?-. Fue la única respuesta que pudo dar Shinji, quien ahora miraba atónito el semblante ya mas serio de esa chica peliazul.

-Tuviste demasiado miedo y terminaste escapando de todo con el fin de apartar el dolor. Te han lastimado mucho, a tal punto que no sabes como enfrentarlo y sientes que solo tienes como posibilidades el aceptar estoicamente el dolor, o huir de todas las cosas que te hacen daño. Si te evades podrás mitigar tu dolor por algún tiempo, pero este siempre estará asechándote, y el dolor se transmutara en ansiedad, y esta te corroerá hasta el punto de que pretenderás huir de ella. Quizás logres encontrar algún efímero consuelo, pero mas temprano que tarde siempre habrá algo que te atormente y terminaras huyendo de todo lo que te atormente, hasta que al final termines huyendo de ti mismo. Como lo has hecho ahora…

-Todo el mundo siempre esta diciéndome que es malo escapar, que es malo lastimar; pero no importa todo lo que digan, todos siempre escapan del dolor, todo el mundo siempre esta lastimando-. Interrumpió el chico. -¡¿Qué tiene de malo querer huir de lo malo, que tiene de malo huir de lo que te lastima?!-.

-Porque por mas dolorosa que pueda ser la realidad no puedes evadirla para siempre, no debes escapar…

-¡Ya estoy harto que todos me digan eso!. ¿Qué es lo que gano con afrontar el dolor?. No importa lo que haga, este no desaparecerá.

-Pero si lo enfrentas, puedes vencer el miedo que te provoca. Y si aprendes a aceptarlo, el dolor puede marcharse…

-¡Lo dices como si todo fuera tan, pero tan fácil… Pero no lo es!. ¡Ya estoy cansado de esta vida que no me da nada mas que miseria!. Yo hilvanaba, cual rosario, los pocos fragmentos alegres de mi vida para animarme a salir adelante, pero ya ni siquiera eso tengo, porque hasta esos pequeños fragmentos se han roto. He llegado a un punto en que todo me da lo mismo, porque ya no tengo nada que me motive a seguir.

Dicho esto, las piernas de Shinji flaquearon y este se sentó en la arena, agachando la cabeza mientras distraía su mirar hacia el distante horizonte para no seguir mirando ese pálido rostro cuyo mirar ahora le recordaba y le causaba dolor. Por su parte, Rei callo ante esta últimas palabras, el temor la asalto al recordar esa sensación de vació infinito y de absoluta carencia en su vida. Esa sensación que alguna vez gobernó su vida y que le había dejado profundas marcas que al principio le parecían indoloras, pero que ahora la lastimaban gravemente al mirar su vida en retrospectiva. Y estas marcas dolieron aun mas al verlas asiéndose en la persona del tercer elegido.

Lentamente, Rei se acerco hasta quedar al lado de Shinji. Entonces ella volvió a hablarle.

-Recuerdo que una vez me dijiste que nosotros no teníamos nada en la vida, mas que pilotear los Evas. Pero si nosotros continuábamos viviendo y esperábamos un poco mas, podríamos encontrar algo bueno en la vida. Quizás pasaría mucho tiempo antes de ello, pero hasta entonces nosotros seguiríamos luchando, y seguiríamos viviendo…

-¿Aun recuerdas esa promesa?-. Pregunto descreídamente Shinji con una sonrisa vacía y una risa lejana y triste. -No creía que aun pudieras recordarla. No fue hace mucho, pero por mas que pretendamos volver atrás o hacer como si nada hubiera pasado en realidad nada podrá ser como antes; ahora todo es tan lejano, todo es tan distinto…

-No es distinto, tú crees que es distinto, quieres creer que es distinto, pero no lo es.

-Aunque yo quisiera creer lo contrario, sería inútil para mi. Ya es demasiado tarde para mi.

-No, no es inútil para ti. Aun puedes creerlo, porque aun no es tarde. Es solo cosa de que tu lo desees, y si tu quieres… yo podría ayudarte.

-¿Qué… que quieres decir con eso?

-Shinji… Vuelve conmigo.

________________________________________

En el cuartel central, todo el personal estaba atento a la imagen del Eva 01 abatido y de rodillas, mientras sus carnes terminaban de ser envueltas en una película blanca que había vuelto alba a la, alguna vez, purpúrea unidad.

Fuera de esa imagen ellos solo podían observar los índices de lecturas del sincrógrafo que avanzaban lentamente. No tenían ninguna imagen del interior del Evangelion, así mismo el canal de audio estaba muerto y no poseían ninguna posibilidad de control de dicha unidad. Ninguno de los allí presentes podía hacer nada, no podían hacer mas que esperar que lo inevitable sucediera, o que algún repentino milagro acaeciera.

_________________________________________

Mientras tanto, en el interior del Evangelion, Shinji Ikari observaba asombrado el rostro expectante de aquella chica que estaba pidiéndole que abandonara sus miedos y volviera con ella. Reuniendo tanto valor como le era posible intento proporcionarle una respuesta, pero las palabras nunca pudieron llegar a su lengua y en su lugar solo pudo observar a esa chica quien le miraba inocentemente.

-¿Qué es lo que ocurre Shinji?-. Pregunto ella al ver ese silente rostro que en lo mas hondo de su ser evidenciaba confusión en su mirada, como si ella estuviera esperando alguna respuesta. Pero dicho rostro solo atino a permanecer en silencio por otro largo periodo antes de voltear su mirada para ahora proseguir su evasión mirando ahora al lejano horizonte, por lo que ella volvió a preguntarle.

-¿Dime porque no quieres volver?... ¿Acaso aun tienes miedo de que te lastimen?

El aludido prosiguió en silencio, pero esta vez, ella tomo ese silencio como una afirmativa.

-Dime Shinji… ¿Yo alguna vez te he lastimado?

-¿Pero… por qué me preguntas eso?-. Pregunto sorprendido Shinji, rompiendo de manera abrupta su mutismo.

-¿Alguna vez yo te he causado dolor?

Un susurrante y triste suspiro emano de los labios de Shinji. No era fácil para él tener que proporcionarle una respuesta, sobre todo decirle que cuando se había referido a las personas que le habían lastimado sin saberlo, precisamente él había estado pensando en ella. Pero él no quiso ahondar en ese pensamiento, le hacía sentirse muy mal, y en su lugar intento preguntarle otra cosa.

-¿Por qué tu quieres sacarme de aquí? ¿Acaso te lo ha ordenado mi padre?

-No, no es algo que el Comandante haya ordenado, esto es algo que yo quisiera hacer.

-¿Y porque quieres hacerlo?

-Porque a pesar de que no lo digas, se que no eres feliz estando aquí solo. Puedo verlo en tu rostro.

-¡¿Y cómo puedes tu saber lo que yo siento?! Tú no lo sabes, tú no puedes saberlo. Nunca supiste lo que duele la soledad, porque nunca te importo estar sola. Y ello era porque siempre tuviste el afecto y el aprecio de mi padre, y de seguro ello podría haber compensado cualquier sufrimiento que hubieras padecido. ¡Si hasta él te salvo con sus propias manos de una muerte segura! Y en cambio a mi, de mi... ¡¡¡Ese hijo de perra solo se acordó de mí el día en que descubrió que le hacía falta un piloto para enviarlo a la muerte…!!!.

-Pero tú no moriste-. Le interrumpió Ayanami con un tono un poco mas fuerte que lo habitual, sin que ello significara un grito. –Tú has luchado y has salido adelante. Siempre has tenido el impulso de huir, y aun pudiendo hacerlo, e incluso habiéndolo intentado, siempre has vuelto y siempre decidiste seguir peleando, aun cuando nadie te obligaba a ello. Si pudiste hacerlo una vez. ¿Por qué no vuelves ahora?-.

-¡¿Para que Rei?!. Dime, para que yo podría volver. Si vuelvo, de seguro volveré a ver otra vez todas esas caras, reprochándome el porqué de mi huida…

-Nunca nadie te ha reprochado nada, ¿Por qué lo harían ahora?

-Aun si nadie lo hiciera y siguieran tratándome como siempre, nada cambiaría. Volvería otra vez un mundo que solo me quiere para luchar y vencer a los ángeles, aun si con ello termino hiriendo a los demás, aunque no quiera hacerlo; aun si con esta lucha solo logro herirme una y otra vez a mi mismo. Puede que yo solo tenga la capacidad para vencer a todos los ángeles del universo, ¡Y aun así seguiré perdido, porque seguiré sin una razón para luchar…!.

-¿Por qué dices eso?-. Pregunto ella sin entenderle.

-Dime. ¿Por qué tu luchas?. ¿Lo haces por qué te lo ordenan?. ¿Acaso lo haces para complacer a mi padre?. ¿Por qué lo haces?.

-Nosotros luchamos para vencer a los ángeles, para evitar el tercer…

-¡¿El tercer impacto Rei?!. ¡Por favor!. ¡Ya deja de repetirme lo mismo que nos dicen una y otra vez Misato o la Doctora Akagi!. No es eso lo que quiero que me respondas.

-¿Entonces?-. Volvió a preguntarle sin poder aun entenderle.

-Dime Rei, cual es tu razón para pelear.

-Yo no… no logro entender a qué te refieres…

-Pero si todo es muy simple… tan solo mírame un rato y luego mírate muy bien, y piensa en lo siguiente. Apenas hemos dejado de ser unos niños, pero aun no somos ningunos adultos. De hecho, hemos perdido tan abruptamente la inocencia que ni siquiera nos pudimos dar cuenta de ello. Dime Rei ¿Acaso nunca te has preguntado qué será de nosotros el día en que toda esta maldita lucha termine? ¿Acaso tú nunca has sentido las ganas de abandonarlo todo y perderte lejos, sin importarte lo que les pase a los demás?

-Alguna vez, yo también solía pensar que nada en este mundo importaba. De hecho, yo creía eso el día de aquella operación… Pero desde entonces, muchas cosas han cambiado. Y comencé a creer en que algún día dejaríamos de pilotear y entonces podríamos encontrar algo bueno en la vida. Pero sin darme cuenta, descubrí que las cosas buenas de la vida estaban allí a nuestro alcance, solo que no siempre podemos verlas. Por eso no abandone la lucha, porque sé que tengo algo bueno en esta vida, algo que tuve y que alguna vez creí perdido, pero que ahora está aquí, frente a mi…

Y quisiera que me perdonaras si alguna vez te hubiere lastimado. Nunca quise hacerlo. Porque no sabía cómo te habían lastimado y como mi desconocimiento te lastimaba. Realmente no lo sabía… hasta ahora. Pero ahora que se cómo te sientes, no podría hacer nada que te lastime, ni podría permitir que nada lo hiciera. Es por eso te pido, que vuelvas conmigo-. Le solicitaba la primera elegida a un chico cuyo rostro había pasado de la amargura a una genuina sorpresa al escuchar de esos labios tamaña propuesta, mientras él miraba ese pálido rostro que ahora estaba imperceptiblemente sonriente aun cuando sus ojos parecían temblorosos y ligeramente llorosos. A pesar de esto ella parecía irradiar una renacida esperanza desde lo más profundo de su alma, la misma que él había perdido y que aún no lograba encontrar a pesar de tamaño ofrecimiento.

-¿De… de que estas hablando…?

-¿Por qué nunca me dijiste lo que te dolía?. ¿Por qué nunca dijiste que yo te lastimaba?

-No… no creía que, que tu…

-¿Qué yo pudiera entenderlo?-. Pregunto ella ante el largo mutismo del chico. Luego de otro silencio ella siguió hablando. –Quizás hayan muchas cosas que por más que lo intente aun no pueda entenderlas, pero el que no las entienda no significa que yo no pueda sentirlas. Quizás, existan demasiadas cosas respecto de las cuales nunca me había dado cuenta antes, pero no significa que no pueda darme cuenta de ellas ahora.

Shinji, no me tengas miedo-. Pedía ella con la voz cada vez más temblorosa. -Todos me tienen miedo, todos han huido de mí. Pero tu Shinji, nunca me has temido y has aprendido a conocerme, a ver en mi cosas que los demás nunca antes habían visto. Por ello tú no tienes por que temerme, no tienes que hacerlo. No me temas Shinji. Por favor tu no… tu no me temas… no huyas de mi como lo hacen todos los demás… no, no lo hagas-.

Al verla allí temblorosa y con un par de lágrimas recorriendo lentamente su rostro mientras ella le imploraba por favor que no le temiera, el tercer elegido fue que pudo comprender de súbito muchas cosas acerca de aquella chica que estaba a su lado, descubriendo a la vez cosas que de tan obvias que eran siempre las pasaba por alto. No importaba por cuanto tiempo ella hubiera monopolizado por completo el afecto de su padre; de seguro para ese sujeto, Rei también sería tan solo otra herramienta mas para lograr la consecución de sus objetivos, un instrumento que él desecharía a la primera oportunidad en que ella revelara su inutilidad. Después de todo, ya se había resignado a esa dolorosa idea de ver a su propio padre convertido en todo un extraño que siempre usaba y abusaba de todos quienes le rodeaban. Quizás por esto, y a pesar de su peculiar forma de ser, ella en realidad no era alguien muy distinta a él. Fue entonces, a la luz de esto, que una idea repentina surgió en la mente de ese chico y sin pensarlo mas se la expuso.

-Rei. ¿Por qué no te quedas aquí conmigo?

-¿De que estas hablando?-. Pregunto ella, visiblemente sorprendida con esta petición. Por su parte, Shinji se tomó algunos segundos antes de responderle.

-Ahora puedo entenderlo. No me había dado cuenta de cuanto has aguantado y has sufrido. Aun cuando tenías el afecto de mi padre, aun así te sientes sola y aunque no lo demuestras, estas llena de miedo ante un mundo que por más que tratas no logras entender. Y también he entendido que en realidad tienes razón, aun estando aquí alejado de todo lo que me hace daño y de todos los motivos para sufrir, aun así me sigo sintiendo solo, no he logrado desterrar la soledad. Sobre todo ahora que te veo aquí… Pero podemos quedarnos aquí, dejaremos de estar solos y ya no tendremos más razones para seguir temiendo. Rei, quédate aquí… quédate a mi lado.

Un largo silencio que solo era interrumpido por el suave e intermitente sonido del oleaje muriendo en la playa se cernía sobre esa pareja. El corazón de Ayanami se comprimía dolorosamente al sopesar las posibilidades. Dentro de su corazón ella sentía unas ganas enormes de decirle que sí y acompañar por siempre a esa alma desdichada que tenía razón para sanar su alma herida por la desdicha. Pero al extenderle su mano, un dolor punzante se clavó en la palma de esta irradiándole hasta más arriba de la muñeca. El dolor le hizo recoger su mano mientras en su cara se marcaba inconscientemente un rictus de dolor a la vez que ella reprimía un quejido silencioso de dolor. Una vez más, el dolor volvió apoderarse de ella antes de que ella pudiera lograr neutralizarlo, pero mientras lo intentaba apareció una nueva imagen en su mente. La imagen de otra chica a quien había visto sufrir al extremo de lo indecible y que ahora dependía de ella para su salvación, así como la de todos los demás. Pero principalmente pensaba en ella, quien también le había enseñado muchas cosas que no conocía. Fue entonces que ella volvió a recordar la razón de porque ella estaba dentro de ese Evangelion y que era lo que debía hacer. Y fue así que pese a este dilema que oprimía su corazón ella, una vez mas, opto por anteponer su sentido del deber a los dictámenes de su corazón.

-Yo… yo no puedo quedarme-. Y ella retiraba su mano mientras se disculpaba diciéndole. -Lo siento-.

-¿Por qué no puedes…?.

-No puedo hacerlo. Porque si yo me quedo, romperé una promesa.

-¿Una promesa?... ¿De qué estás hablando?

-Yo… yo debo volver. Aún tengo que seguir peleando.

-No necesitas hacerlo…

-No. Yo no puedo huir. Me necesitan para luchar, todos me necesitan. Y sobre todo ella, ella me necesita…

-¿Ella?-. Pregunto un interesado Shinji ante la repentina convicción que tomo la voz de Rei cuando pronuncio la referencia a ella.

-Ayúdame Shinji a salir de aquí… Ayúdame a vencer al ángel y a salvar a Asuka.

El chico quedo visiblemente sorprendido ante esta última petición. Temblorosamente él retrocedió unos cuantos pasos mientras el semblante de su cara cambiaba abruptamente, revelando la confusión que le embargaba mientras trataba de asimilar las palabras recientemente proferidas por la chica de mirar escarlata. Su respiración acelerada y el sudor en su frente delataban nerviosismo en su persona.

-¿Salvar a Asuka?... ¿Po… pero por qué?...

-Un ángel está atacando y lastimó seriamente al Eva 02 y a Asuka ella esta…

-¿Por qué?-. Interrumpió Shinji con esa pregunta, aun no muy convencido de la situación que Rei le estaba contando.

-¿Por qué?, ¿No te entiendo Shinji?

-¿Por qué tú quieres salvar a Asuka?

-Porque ella está muy lastimada, si no la salvamos podría morir.

-Si fueras tú la que estuviera lastimada, Asuka no correría a salvarte ni pediría ayuda para ello. ¿Por qué tú quieres salvarla?

-Porque debemos hacerlo…

-¿Debemos hacerlo?

La fría e inclemente pregunta de Shinji descoloco a Rei, no entendía porque Shinji estaba poniendo en duda el salvar a la segunda elegida. Ayanami no entendía nada y estuvo a punto de preguntarlo cuando el chico le impacto con un grito.

-¡Dime Rei, ¿Por qué debemos salvarla?!

-Porque es algo que debemos hacer.

-Piénsalo Rei. ¿Realmente debemos hacerlo?

-Si-. Respondió ella, ahora ya totalmente extrañada no tanto por la pregunta, sino por el tono que estaba adquiriendo la pregunta. Pero no hubo tiempo para mas perplejidades cuando Shinji grito con un impresionante resentimiento.

-¡NO!. ¡No debemos hacerlo!-. Nunca antes ella había escuchado de los labios del tercer elegido tanto dolor y, a la vez, tanta ira. Si, la ira era el sentimiento que ahora parecía invadir a aquel chico y que estaba cambiando el semblante de su rostro por completo mientras este seguía hablando.

-Es su culpa… ¡Todo esto es por culpa de ella!. Siempre tan necia, tan soberbia, tan estúpida… ella debe pagar, ella debe sufrir. Si, ella se cree la victima de todo, que solo ella ha sufrido mucho, que solo ella ha sido desdichada y que ha sufrido demasiado… pero aún no ha tenido suficiente, aún debe seguir pagando.

-¿De que estas hablando?-. Cuestionó la primera elegida al no entender nada de lo que estaba sucediendo, pero este no le respondía. Ello mientras el rostro del aludido estaba transitando desde la ira hacía un sentimiento mas oscuro que ensombrecía su rostro, una sensación que lograba transmitirse al ambiente que la rodeaba y que le recordaba a esa sensación que había experimentado en la batalla, cuando ella se sintió observada por las cuencas muertas de los ojos del ángel.

Ella retrocedió unos pasos antes de que su piel se erizara y su carne se estremeciera por completo mientras su alma quería desgarrarse al son de un grito antes de paralizarse completamente y de inmediato al ver a ese mismo chico transformado en algo completamente distinto, en un ser lleno de rencor… no, esto era mucho mas que rencor. Esto era odio en su estado mas puro.

Fue así como Rei Ayanami descubrió el significado del miedo, al son de un poderoso y estruendoso grito de furia del tercer elegido que fue capaz de generar una gran onda expansiva que remeció todo el lugar, haciendo volar a Rei unos cuantos metros por causa del impacto antes de caer de rodillas, y mientras ella trataba dolorosamente de reincorporarse veía como rápidamente se derrumbaba todo el idílico paisaje que existía a su alrededor, cual escenario de obra teatral que velozmente se desplomaba a pedazos para ser reemplazado por un vació oscuro donde solo se veían los dos chicos y las ruinas de aquel escenario a su alrededor, ruinas que se disgregaban a la par de hundirse raudamente en la oscura espesura que había a los pies de ella. Una vez de pie, el pánico le ordeno huir de allí, pero una especie de pared invisible la envolvió, aprisionándola e impidiéndole moverse, ello mientras la presión le forzaba volverse a desplomarse dolorosamente de rodillas, hundiéndose en la oscuridad viendo frente a si como las facciones de Shinji habían cambiado por completo, exhibiendo ahora una sonrisa demencial y perversa, carente de toda piedad, disfrutando de ver como ella desaparecía inmersa en la oscuridad. Antes de desaparecer, sus ojos alcanzaron a ver como él levantaba su brazo derecho para despertar y desatar así toda la ira que hasta entonces se había mantenido dormida.

____________________________________________

En los exteriores de los cuarteles centrales todos podían contemplar con estupefacto horror el hecho de que dicho Leviatán; hasta hace poco abatido; había despertado abriendo rápidamente sus ojos que ahora parecían ser enormes, ojos imbuidos de un color rojo furioso deslumbrante, como la sangre fresca recién derramada, color que evidenciaba la vitalidad recobrada y que se manifestaba al incorporarse tamaña monstruosidad con pasmosa velocidad hasta demostrar por completo su imponente estatura a la par que desplegaba toda su envergadura al son del mas dantesco y atemorizante rugido que la humanidad hubiera escuchado jamás, como si cien mil legiones provenientes de todos los confines de la tierra se hubieran reunido para gritarle al unísono su ira a todo el universo. Quizás, tamaña descripción no fuere suficiente para hacerle plena justicia a la situación que allí se vivía. Y definitivamente, para todos aquellos que se encontraban en el geofrente esa comparación no era suficiente mientras veían como las manos del Eva se deformaban volviéndose bestiales, y de aquellos grotescos miembros emergían ahora feroces garras mas bien propias de un bestia de rapiña que de un prototipo humano, a la vez que veían como se removían violentamente las armaduras faciales para permitir que dicha bestia pudiera abrir ampliamente sus fauces revelando sus ahora grandes y poderosos colmillos dispuestos a desgarrar todo lo que hubiera a su paso. Ese monstruo que avanzaba desafiante no podía ser humano, definitivamente era imposible imaginar remotamente que pudiera llegar a serlo. De todas las cosas monstruosas que la humanidad había creado nada se podía llegar a comparar a la furia desatada de dicha unidad Evangelion, ahora bajo la completa merced de un ángel quien lo había convertido en un aterrador monstruo con hambre de carne y una sed infinita de sangre, bestia que con tan solo incrementar y desplegar discrecionalmente su campo AT logro aniquilar completamente y en solo cosa de segundos a todas las baterías de artillería y líneas de defensa que aún ofrecían alguna resistencia en el geofrente; todo este apoteósico despliegue de destrucción mostrado tenía como única finalidad la de tener llano el camino para cumplir así con la última labor que mantenía pendiente previo al desencadenamiento del final.

Ya completamente seguro de su fuerza y desplegando todo su poderío, la alguna vez púrpura unidad primera se abalanzo raudamente y con toda su saña sobre la yaciente y debilitada unidad 02, sin darle tiempo para que esta reaccionara, el Eva rojo no oponía resistencia a los poderosos e inmisericordes golpes propinados cada vez con más furia y precisión por parte de la, hasta hace poco nominada, unidad primera.

En el interior de la maltrecha y golpeada unidad colorada, podía verse a una piloto que recién recuperaba la conciencia, por consiguiente, aun se encontraba demasiado débil y aterrada como para que pudiera reaccionar e intentar emprender alguna clase de defensa contra el ataque del ángel. La sincronización con su Evangelion era demasiado baja como para que ella pudiera sentir por si misma el maltrato de su unidad más que por los demoledores golpes que provenían del exterior y cuyos ecos retumbaban levemente por todo el interior de dicha cápsula. Aun así, esa chica ya podía intuir que esto seguramente sería su final. Tal como lo hubiera imaginado alguna vez Asuka Langley Sorhyu, ella moriría durante el transcurso de un combate, pero en vez de morir en medio de una épica batalla, como hubiera esperado o imaginado, moriría paralizada por el miedo, viendo como el albo enemigo le sometía a su merced y sabiendo que faltaba muy poco para que aquel monstruo le asestara el definitivo golpe de gracia que pondría fin a su sufrimiento.

Asuka se sentía muy decepcionada de si misma, no esperaba de que todo terminaría de esa forma tan patética para ella; esperando sentada en el interior de su cabina, a la espera de que la muerte llegara de un momento a otro mientras tenia aun le quedaba tiempo para reflexionar sobre lo que había sido su vida.

"Todo ha terminado… todo lo que alguna vez tuve, todo lo que quise, todo ya se ha perdido para siempre. Todo lo he dejado ir… y todo por culpa de mi estúpida necedad".

Temblorosa ante esta idea, ella abrazaría sus piernas mientras olvidaba su orgullo para buscar un último apoyo mientras susurraba un lamento.

-Ese ángel… él, él ha violado mi mente y me forzó a ver lo que siempre me había empeñado en ocultarle a todos y en negarme a mí misma. Me hizo ver cuan tonta he sido todo este tiempo pretendiendo ser lo que no soy. Yo quería ser fuerte para nunca mas tener miedo, y en lugar de ello yo voy a morir… moriré sola, sin nadie a mi lado, sin nadie que me acepte-.

Aquellos ojos azules lloraron por la veracidad de esta afirmación y por la revelación indudable de que ella era la única responsable por haber terminado en esa soledad. Se abrazó a si misma cerrando sus ojos esperando de que todo este sufrimiento concluyera de una buena vez por todas mientras susurraba sus lamentos.

-Me he sentido tan sola. Y pensar que siempre quise estar sola, y ahora que lo estoy descubro que nunca he querido estar realmente sola, tan solo quería un espacio para mí.

Mientras tanto, en el exterior, uno de los tantos golpes del enemigo terminaría por destruir las protecciones faciales del Evangelion abatido mientras que de su boca herida brotaban verdaderos chorros de sangre que este Leviatán a duras penas lograba escupir. En el interior, la pelirroja lloraba abiertamente y sin disimulo, visiblemente arrepentida por todas las acciones y omisiones que ahora le pesaban demasiado en su conciencia, ello mientras esperaba a la muerte recitando una especie de mantra.

-Voy a morir, voy a morir, voy a morir, no quiero morir, no quiero morir, no quiero morir, estoy sola, siempre sola, no quiero estar sola, no quiero estar sola, ¡Odio estar sola!... ¡¡¡Ya no quiero estar sola!!!

Asuka gritó y cerro sus ojos mientras una fría lagrima se deslizaba lentamente por una de sus mejillas, a la espera de la pronta inminencia del golpe de gracia. Pero algo paso… no supo ella a que atribuirlo, solo supo que el escalofrío que la embargaba fue reemplazado por una repentina sensación de calidez manifestada en un cálido abrazo que le reconfortaba y hacia desaparecer sus temores. Fue en medio de esta estrechez, cuando ella escucho dentro de sí una voz que nunca supo de dónde provenía, pero supo hablarle a lo más profundo de su alma, brindándole a ella un mensaje de esperanza.

"Tú no morirás". 

Ella abrió sus ojos y una visión vaga y lejana paso por segundos frente a sus ojos, la imagen de alguien quien a pesar de haberse marchado estaba allí frente suyo. Sonriente y feliz esa lejana imagen femenina le hablo.

"Nunca llores por lo que pudo ser y no fue…"

Y el corazón de esa destinataria se llenó de emoción al reconocer esa voz que no había escuchado en tanto tiempo, pero que nunca había logrado olvidar.

-¡¿Mama?!

La, hasta entonces, lejana forma se volvió reconocible para la segunda elegida, a la vez que esta le sonreía y volvía a hablarle.

-¡Mama!. ¡¿Eres tu mama?!. ¡¿Acaso has vuelto por mí?!

"¿Por qué estas sufriendo?"

-¡Ayúdame mama!. ¡Me estoy muriendo!

"¿Por qué cerraste tu corazón?. Nunca cierres tu corazón…"

-¿Cerrar mi corazón?. ¡No lo entiendo!. Por favor mama… ¡Ayúdame a salir de aquí!

"…nunca renuncies a luchar…"

-¡¿A qué te refieres?!

"… y, por sobre todas las cosas, nunca dejes de luchar por lo que tu amas".

-¿Luchar por lo que yo amo?

"Piensa en lo que más quieres, y siempre hallarás la fuerza para vencer".

-¿En lo que más quiero?... ¿Pero cómo yo puedo saber eso?-. Preguntó Asuka esperando alguna respuesta; pero ello fue en vano, ya que la visión desapareció.

-¡Mama!. ¡No te vayas!. ¡No me dejes sola!. ¡¡¡No me dejes morir!!!... ¡¡¡No me dejes!!!-. Grito ella, cual niña descorazonada al borde de las lágrimas. Y en medio de sus amargas lágrimas fue que todas esas frases volvieron con fuerza a resonar en su mente.

"Nunca llores por lo que pudo ser y no fue…"

-¿Qué me quisiste decir con eso mama?

"Nunca cierres tu corazón…"

-Si lo abría, yo podía ser lastimada…

"…nunca renuncies a luchar…"

-¡Ya no puedo hacerlo!

 "Piensa en lo que mas quieres, y siempre hallarás la fuerza para vencer".

-Lo que más quiero… lo que yo más quiero…

Súbitamente, varias imágenes se sucedieron velozmente por su mente como si fueran vistas en retrospectiva. Ahí estaba el recuerdo de su madre, quien ya se había marchado para no volver, no importaba cuanto se hubiera emocionado al vislumbrarla por unos instantes, ella nunca volvería.

El ruido que hacían los restos de armadura al ser violentamente removidos resonaban en el interior del Entry plug de la unidad colorada. El cuerpo desnudo y herido de dicha unidad yacía presto para ser destazado por la alba monstruosidad, quien se montó encima de dicha unidad, lista para ahorcarla hasta reventarle el cuello. La fuerza que ejercía era tan poderosa que Asuka sentía como si el enemigo la estuviera estrangulando a ella misma, y mientras sentía el dolor ella observaba fijamente a su verdugo. Y logro ver tras esa forma blanquecina a una criatura adolorida sedienta de venganza por el dolor que había recibido todo este tiempo. Criatura que, pese a estar deformada por tamaña inquina, aún tenía esencia de humano, alguna forma de humano. Así fue como la segunda elegida reconoció al Eva 01 y, acto seguido, vino a su memoria la imagen del chico que solía pilotear dicha unidad.

-Shinji-. Expreso con dificultad la chica pelirroja, sintiendo un fuerte dolor tanto en su cuerpo como en su alma al saber que ahora él le estaba agrediendo con saña, quizás aprovechándose de la situación para devolverle a ella todos y cada uno de los golpes que de una u otra forma ella le había propinado.

-Detente, por favor… detente…-. Fueron las suplicas que ella le hacía al monstruo. Pero el Eva inmisericorde solo respondía con más ira sobre ella sin escuchar las reiteradas suplicas de ella, suplicas que menguaron a medida que el aire se le agotaba, las fuerzas le flaqueaban y la fuerza vital abandonaban aquel gracioso cuerpo. El frío abrazo de la muerte le rodeaba y su áspero ósculo se sentía muy próximo a ella. Y antes de abandonarlo todo, las reminiscencias de cierta chica peliazul que la había acompañado en estos últimos días vinieron a su mente.

-Ayanami… Rei Ayanami-. Pronunciaba ella reiterativa e imperceptiblemente el nombre de esa chica, mientras sus ojos silenciosamente lloraban, lamentándose el no haber tenido nunca el valor de decirle cuanto la amaba y que iba a morir sin haberle dicho nunca cuanto la amaba. El corazón de Asuka se destrozaba ante esta posibilidad y con todo el dolor que podía cargar grito una súplica desesperada.

-¡¡¡No!!!

Simultáneamente a esto, y creyéndole ya definitivamente vencido, el ángel soltó el cuello de su presa y se preparó para asestarle el golpe definitivo. Pero fue entonces cuando el Leviatán rojo alzo de improviso uno de sus brazos y con sus manos logro detener el golpe aniquilador de su enemigo. No solo eso, su mano sujeto con fuerza el puño del Eva 01, negándose a soltar su amarre. Ello pese a que el núcleo estaba perforado casi por completo, la unidad que piloteaba se encontraba semidestruida, casi no exhibía sincronización con su piloto y el sistema "Dummy plug" no se encontraba operativo. Molesto, el ángel lanzo otro golpe, pero este también fue certeramente interceptado por el Eva rojo.

En el interior de la cabina, una jadeante Asuka recuperaba las fuerzas mientras sus enormes ojos abiertos de par en par delataban la súbita revelación de una verdad que finalmente ahora podía dimensionar. Ahora entendía en plenitud el sentido de las frases de su madre.

-Yo sé lo que quiero, sé a quién quiero. Si cierro mi corazón moriré, pero si lo abro y no renuncio a luchar, venceré. No voy a morir, no voy a perder… ¡Ya no tengo que seguir temiendo, porque ya tengo una razón para vencer!

La respiración de Asuka se aceleraba al igual que su corazón cuando se dijo a sí misma. –No debo temer, porque tengo algo que quiero, tengo una razón por la que he de luchar… yo no puedo rendirme.

Él ángel pareció que de alguna forma logró percibir el renacimiento de la unidad roja y su piloto, molesto por este contratiempo decidió volver a atacarle. Pero no contaba con la nueva resolución de la chica pelirroja, quien imbuida de renovadas fuerzas logro incorporar su unidad mientras gritaba al mundo su decisión.

-¡Yo no voy a morir!

Con esta nueva resolución de la piloto, que fue ferozmente replicada por un estremecedor grito de la unidad roja, pudo la piloto comenzar a revertir el curso de la batalla, pasando ella ahora a atacar al enemigo, golpeándolo con furia mientras la piloto imponía su renovada voluntad de sobrevivir y de luchar para poder encontrarse al final con la persona que amaba, esperando de que no fuera muy tarde para encontrarse con ella y así poder confesarle todo lo que sentía en su corazón.

_____________________________________________

Enervado y completamente errático, el monstruo blanco ya no podía seguir gobernando la batalla y trataba de rugir y de hacer aspavientos para amedrentar a su rival y demostrar un poderío del cual ya estaba comenzando a carecer. Pero los reiterados y certeros golpes de la unidad 02 le estaban causando serias lesiones que ya no podía curar por si mismo, ya que el enemigo también parecía cansado y privado de fuerzas para proseguir su desgaste en esa titánica y estéril batalla, y esto quedo manifiesto cuando tras solo un par de minutos de combate, la raída unidad segunda logro abatir las piernas del ángel y ponerlo a su merced, revelando en su pecho una serie de abultados hematomas similares a enormes venas hinchadas que convergían en una esférica protuberancia de color blanco azuloso.

Al vislumbrarla, la segunda elegida sonrió de satisfacción al ver por fin al monstruo cansado y abatido. La victoria que antes parecía ser lejana e imposible estaba ahora a su alcance. Concentrando toda su fuerza, el Eva rojo empuño su mano desnuda y golpeo el núcleo para destruirlo y poner fin de una vez a este martirio. Y con un grito de rabia Asuka hizo que la unidad segunda descargara toda su furia, impactando violentamente contra el núcleo del enemigo.

Un sonido similar al eco de un trueno resonó en todo el lugar cuando el núcleo del ángel fue resquebrajado por el certero golpe, penetrando al interior de dicha gigantesca protuberancia. Fue en aquel entonces, cuando el enemigo exhibió una demencial sonrisa, como si hubiera estado esperando este momento para asestarle un certero e inesperado golpe de gracia.

Desde el interior de dicha protuberancia se disparó un poderoso chorro de una sustancia blanquecina y espesa que cubrió raudamente el puño y buena parte del brazo derecho del Eva. La unidad roja y su piloto no solo sintieron como dicha espesura se adhería con fuerza al cuerpo del Evangelion, sino que además veían como esta cobraba vida y se iba remontando velozmente por su brazo a la par que esta cosa se adentraba violentamente en sus carnes.

En un intento desesperado, Asuka intento despegar esa sustancia del cuerpo de su Eva usando su mano libre, y de hecho logro despegar parte importante de ese elemento. Sin embargo, antes de que pudiera deshacerse de estos restos ellos cobraron vida y se adhirieron en su otro brazo y se expandieron raudamente, sintetizando velozmente el cuerpo del Leviatán colorado, ello mientras el enemigo se incorporaba y se disolvía rápidamente a la par que envolvía en un asfixiante abrazo a la unidad segunda, destruyendo de paso el cable alimentador de energía y cortando todas las comunicaciones con el cuartel.

Al igual como había pasado anteriormente con la unidad primera, el pánico se apodero de la piloto al verse sobrepasada por aquel formidable enemigo, no obstante todo el empeño que ella había puesto en vencer a ese monstruo. La confianza de la pelirroja piloto parecía que otra vez se iba a desplomar mientras ella trataba de resistir con sus fuerzas la intromisión que ese ser hacía en su Eva y en su mente, al volver a sentir ese desquiciante dolor que otra vez estaba oprimiendo su mente y que la estaba haciendo desfallecer.

-¡No, no otra vez. No ese dolor!... ¡Nooooo…!-. Grito Asuka mientras asía con fuerza su cabeza al sentirse desfallecer producto del cansancio de su mente y de su espíritu, fatigados ya por tan larga y extenuante lucha.

En un supremo esfuerzo, ella alzó su cabeza para concentrarse e intentar un último esfuerzo, pero su ser ya se encontraba exhausto y su visión ya se estaba volviendo borrosa, al ver como el monstruo gobernaba el Evangelion.

Ya sin más fuerzas para seguir luchando Asuka susurro el ultimo pensamiento que tuvo antes de que las fuerzas le abandonaran.

-Nunca pude decírtelo Rei… lo siento.

Y dicho esto la chica de cabellera escarlata se desvaneció, cerrando sus ojos creyendo que su hora había llegado. Pero no sería así.

____________________________________________

La segunda elegida abriría sus ojos para encontrarse repentinamente de pie en medio de una extraña dimensión oscura donde podía verse y sentirse a sí misma, pero la obscura espesura le impedía ver lo que había más allá, dándole la impresión de estar inmersa en una especie de extraño espacio infinito, sin entradas ni salidas. Luego de un rato ella decidió dar unos pasos para ver donde estaba y ver si podía salir de ahí, pero después de un rato solo sentía que caminaba en círculos ciegos en medio de la nada.

-¿Acaso esto será la muerte?-. Pregunto ella susurrante.

-No, pero muy pronto desearás que así lo sea-. Le respondería una voz furiosa, llena de resentimiento y deformada por el dolor y las ansias de venganza. Era una voz aterradora de solo oírla para cualquiera, sin embargo el pavor que Asuka sintió en su alma no se debió únicamente al escuchar esa declaración de odio; sino que además, porque a pesar de sonar extremadamente gravosa y deformada, ella no demoro en reconocer al dueño de dicha voz; pese a que para sus adentros se resistía a creer que esa voz pudiera corresponder al mismo chico tímido que alguna vez conoció y que en el fondo de su ser ella había aprendido a respetar y a aceptar, a pesar de su carácter.

-No… no puedes ser… ¡No puedes ser tu!-. Dijo ella sorprendida para sí misma. Pero esta presencia pudo escucharle y reírse sádicamente de su incredulidad antes de preguntarle en ese mismo tono.

-Dime, ¿Qué es lo que no puede ser, Segunda elegida?

Ante el silencio de la chica, él prosiguió con su exaltada diatriba. –¡Acaso no puedes creer que sea más fuerte, más poderoso y mucho mejor que tu! Nunca pudiste creerlo, nunca pudiste aceptarlo; de hecho, tu nunca pudiste aceptarme. Siempre me odiaste, siempre me envidiaste. Y como nunca pudiste doblegarme te empecinaste en hacer de mi vida un insoportable infierno, soportando día a día tus estúpidos berrinches de mocosa malcriada y tus fatuas pretensiones de superioridad.

Luego de una risa siniestra, el prosiguió con evidente desprecio en su voz. –Pero hela aquí… he aquí a la grandiosa, portentosa y poderosa piloto del Eva unidad 02: Asuka Langley Sorhyu. ¡Si!. ¡He aquí a una niña estúpida que todas las noches llora por los rincones la muerte de su querida mamita y que lamenta en secreto que ella no se la haya llevado con ella al estúpido cielo! ¡Una necia que solo puede sentirse fuerte lastimando a los demás, gozando con el sufrimiento ajeno! ¡Una chica despreciable, que se sabe despreciable y que solo puede sobrevivir despreciando a los demás, que solo puede satisfacerse humillando a los demás!

-¡Ya basta!-. Grito ella tratando de amedrentar con su furia, un grito que sin embargo sonaría a miseria.

-¡¿Por qué?!. ¡Te duele la verdad, te duele la maldita verdad!. ¡¡¡¿Eh?!!!

-¡No sigas!- Gritaba ella implorando piedad.

-¿Qué es lo que estás diciéndome?. ¡No te oigo!-. Replico él de manera cáustica.

-Ya… Ya no sigas-. Trato ella de seguir implorando ahora con la voz más disminuida debido al doloroso abandono de sus fuerzas.

-¡Ya cállate!. Hasta tu grito de piedad suena ruin y miserable. Realmente, eres indigna. Y ahora, eres patética…

-Por favor Shinji. Por favor tú ya… ya… ya no sigas-. Pediría ella en un tono más sumiso y apenas audible, producto del dolor de la revelación de tantas verdades tan crudas.

-A ver, a ver… ¿Qué es lo que me estás diciendo?- Pregunto él con cada vez mayor sarcasmo en su voz.

-Por favor ya… ya deja esto…-. Dijo la chica, apenas con fuerza en su voz.

-¿Tú quieres qué yo deje esto?... ¡Ja!. ¿Y porque habría de dejarlo? ¡Si ahora viene la mejor parte de todo!. El momento en que tu calvario recién comenzará.

Y desde todos los rincones de la densa oscuridad diversas ráfagas recorrieron dicha vastedad, convergiendo y arremolinándose furiosamente no muy lejos de donde se encontraba ella, disipando de allí la oscura niebla, permitiéndole con mucho esfuerzo ver a esa chica una difusa forma que se iba aclarando a medida que se acercaba a paso sereno y decidido. Para cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella sintió desesperación al revelarse la figura de su acosador, el mismo al cual ella había conocido alguna vez como un chico tímido y débil. De hecho, parecía verse igual que siempre, vistiendo con la misma camisa y pantalones que solía usar. Sin embargo ahora se veía completamente diferente; imbuido y repleto de odio contra un mundo que solo tuvo para el dolor e indiferencia; rencor contra un destino que le condenaba y; sobretodo, contra esa jovencita a quien miraba con profundo desprecio porque ella alguna vez solo eso le había prodigado.

-Por fin puedo volver a ver tu rostro, verlo incrédulo ante esta fuerza, una fuerza que te llega a atemorizar… No sabes Asuka por cuanto tiempo había estado esperado secretamente ver esa expresión deformando tu bello y orgulloso rostro.

Lentos pasos rompían el silencio sepulcral que se había formado en dicho lugar. Asustada, ella trato de levantarse y retroceder, pero entre su miedo y el cansancio ella apenas lograba levantarse para luego caer sin que lograra retroceder. Todo ello mientras el enemigo se acercaba a paso firme hasta quedar frente a frente con su víctima.

-Siempre me tildabas de débil y pusilánime, y siempre me agrediste, pretendiendo que así podría llegar a ser más fuerte. Y mira tú como nos ha cambiado la vida. Realmente el destino puede reservarnos sorpresas demasiado irónicas…-. Sentencio con sorna para luego gritar furioso. -¡¿Quieres saber que tan fuerte me he vuelto?!. ¡¿Acaso quieres realmente saberlo?!

Y entonces, Asuka recibió lo último que esperaría recibir de parte de él.

Un ruido seco fue todo lo que necesito para que su gracioso cuerpo cayera tumbado. Junto con su cuerpo, todo lo que quedaba del orgulloso espíritu de esa chica también se desplomaba violentamente. Mientras que sus manos acariciaban el ardor furioso de una de sus mejillas que habían adquirido una tez colorada producto del dolor y la sangre que con su áspero sabor contribuía a maquillar sus pómulos y sus suaves labios que probaban la furia del vital líquido mezclada con la amargura del llanto que se entremezclaba.

Las lágrimas reprimidas a causa de tanto dolor y su cuerpo extenuado y jadeante hablaban por esa alma sufriente que no podía dar crédito a que él se hubiera atrevido a golpearla. Normalmente ante esto, ella hubiera reaccionado como mínimo golpeando con furia y sin misericordia a ese chiquillo insolente que había osado violentarla en tal forma. Sin embargo ahora ella estaba ahí tumbada en el suelo, sin animo alguno de levantarse, sintiéndose por un lado merecedora de tamaño castigo, pero a la vez ella llorando en silencio lamentando que una parte tan importante de ella como su orgullo se hubiera destruido para siempre.

-Y bien Asuka… ¡¿Acaso no piensas defenderte?!-. Le gritaba iracundo mientras él volvía a golpearla. Viendo que ella no pensaba defenderse, él se entusiasmó notoriamente, prosiguiendo con sus golpes cada vez más violentos a la vez que él le lanzaba gritos cada vez más hirientes con cada golpe, a fin de mancillar su espíritu en la misma proporción que él mancillaba su cuerpo.

-Vamos nena. ¡A donde quedo tu orgullo!. ¡A donde quedo toda tu dignidad!. ¡¿Acaso no te creías la mejor piloto del universo?!. ¡No eres nada!. ¡Tú no eres nada!. ¡Solo eres una mocosa estúpida!. ¡Una infeliz perra bastarda!. ¡Una miserable soberbia mal parida!. ¡Te odio!. ¡Te odio!. ¡Te odio!. ¡¡¡TE ODIO!!!

Para cuando termino este irracional castigo una irreconocible Asuka estaba tirada en el suelo, llorando cual verdadera Magdalena agobiada por todo el dolor de los golpes; lastimada por todas esas hirientes y ponzoñosas palabras; atormentada por la renacida culpa de haber sido ella la gran responsable de que ese chico hubiera acumulado tanto odio contra ella hasta el punto de hacer que Shinji solo pensara en atormentarla y destrozarla; y resentida contra ella misma, por haber sido tan necia al pensar solo en ella sin considerar si al hacerlo lastimaba o no a otras personas, y tan estúpida por haberse dejado avasallar sin hacer siquiera el atisbo de intentar hacer entrar en razón a su atacante, o por último, el intento de oponer resistencia, dejándose en su lugar violentar fácil y gratuitamente. Y todo por causa de la culpa que la afligía.

Aunque algo cansado, el sádico rostro del agresor reflejaba la completa satisfacción por su cometido. Había logrado violentar a su víctima hasta el punto de reducirla a la calidad de guiñapo humano que no podía hacer nada más que lamentarse de su desdicha y compadecerse de su orgullo destruido.

-Pensar que alguna vez parecías ser tan orgullosa y poderosa, al punto que llegue a creerte y a temerte. Pensar que alguna vez llegue a soñar con tenerte y deseaba tocarte, anhelando conquistarte y hacerte mía… Y ver ahora que todo en realidad no era más que una imagen que aparentabas para asustar y herir a los demás; veo que todas mis ilusiones estaban construidas sobre una torre de espejismos y mentiras, de burdas mentiras que llegue a creer. Solo eres una puta indigna que me hace sentir asco con solo mirarte, con solo sentirte siento nauseas, con solo saber que estas aquí indignamente llorando frente a mi. No sabes cuanto me molesta todo esto…

Y por eso Asuka… morirás-. Termino de decir esta frase como si fuera un juez implacable que dicta con fiereza su sentencia firme y definitiva. Respiro con fuerza e ira, como un animal listo para abatir a su moribunda presa. Apretó uno de sus puños hasta que sus nudillos quedaron blancos a la vez que esos ojos inyectados de odio aterraban a su víctima de forma tal que la petrificaban, obligándole a observarles cuando todo lo que quería ella era escapar de esa mirada que, de poder matar, hace mucho que la habría fulminado. Este podría haber sido el instante perfecto de gloria para el enemigo, pero repentinamente algo cambio.

Súbitamente el suelo comenzó a temblar y a resquebrajarse raudamente bajo ellos. Bajo las grietas asomaba un inusitado brillo de inmaculado color blanco que no solo absorbía la negra espesura, sino que además irradiaba su luz por el vasto espacio.

-¡Que está pasando!. ¡Que estás haciendo!-. Grito descontrolado el enemigo mientras veía como las grietas se expandían derrumbando el negro escenario: -¡No podrás impedir mi victoria, no importa cuanto te esfuerces!-. Volvió a gritar él con furia al ver como el suelo que estaba bajo sus pies también se estaba resquebrando. Al ver que nada cambiaba, levanto violentamente a la segunda elegida del suelo tomándola como rehén mientras gritaba como loco: -¡Todo está perdido para ti, no podrás impedir que ejerza mi derecho y cobre lo que me pertenece!-.

-Tú no tienes derecho a cobrar ningún premio. Ninguna vida puede ser un premio-. Le replicaba una voz de origen indeterminable, solo quedaba claro una cosa, era una voz firme y decidida, una voz de mujer.

-¡Mientes!. Tomare lo que me corresponde y pondré fin a esta locura.

-No lo harás. Entrega ese cuerpo, no te pertenece.

-¡No!. ¡Ya es mio, puedo hacer lo que quiera con él! ¡Tú intento es desesperado, porque ya he ganado!

Un fuerte crujido resonó por todo el lugar, terminando de destruir el oscuro escenario mientras emergía de la nada una forma graciosa y etérea, una forma vestida en un traje fulgurante que lograba opacar al blanco de su alrededor, una forma tan luminosa que no podía ser observada sin que los ojos se cegaran por el resplandor que emitía.

-No puede ser… ¡Esto no puede ser!-. Fueron los últimos gritos de ese chico antes de que esa forma luminosa irradiara todo el lugar junto con la potencia de un vendaval que se expandió en todas direcciones junto con un estampido que resonaba hasta el infinito. Asuka cerro sus ojos producto del brillo y el golpe huracanado la hizo caer, antes de sentir de que algo la sujeto justo en momentos que aquella estampida penetro dentro de ella.

Cuando todo pareció calmarse, Asuka abrió sus ojos y vio a la persona quien la abrazaba. Era una presencia cálida y brillante, al sentir su abrazo tan de cerca pudo darse cuenta de que era una mujer. Y al levantar su mirada, pudo reconocer quien era ella. Y fue así que entrecortadamente producto del cansancio y de todas las emociones vividas ella pregunto.

-¿R… Rei?

La presencia sin embargo solo le sonrió y le dio un beso en los labios antes de responderle.

-Descansa ahora. Yo me encargare de esto.

Dicho esto, la presencia tumbo suavemente a la chica pelirroja en el suelo para luego dirigirse en frente suyo. Esto mientras Asuka estaba asombrada de ver a esa presencia. Pudo reconocerla fácilmente como la primera elegida, y sin embargo ahora ella se veía tan diferente. No parecía ser la misma chica de aspecto frágil que había conocido. Ahora parecía verse como toda una mujer.

Lo otro que llamo su atención fue ver algo brillante replegándose en las espaldas de Rei mientras esta avanzaba. No fue sino hasta que estas cosas terminaron de replegarse cuando Asuka logró darse cuenta que lo que llevaba Rei en sus espaldas eran alas. Y al replegarse por completo las alas se dio cuenta de que estas causaban el fulgor que la había cegado y que en realidad la presencia se encontraba completamente desnuda.

Camino ella un poco mas adelante hasta encontrarse con el cuerpo de Shinji tirado en el suelo, sin señales aparentes de vida. A lo lejos, Asuka vio como a medida que ella acariciaba el rostro del tercer elegido, su semblante se entristecía mientras una lágrima pareció asomarse de sus ojos y recorrer aquel candido rostro.

De pronto, ella dejo de dar caricias a ese rostro inmóvil y se incorporó mirando hacia arriba mientras volvía a desplegar con rauda fuerza sus variados pares de alas, mientras ella susurraba con relativa fuerza una frase que resonó como un eco por todo el lugar.

-El aún está aquí. Pero no nos vencerá.

_____________________________________________

Yaciente en medio de los jardines inmediatamente próximos a los cuarteles centrales, la destrozada unidad segunda comenzaba a convulsionarse violentamente y a mostrar los estertores que reflejaban el regreso de una vida que se creía perdida. En el cuartel todos observaban como dicho leviatán se ponía de pie, sin saber si quien se levantaba era el Evangelión 02 controlado por su piloto asignada, o si este era el ángel que venía a desatar el tercer impacto. Una vez incorporado, este se mantuvo estático por segundos que se hicieron insoportablemente eternos para todos en el cuartel.

De repente, el Eva volteó su cabeza y elevó su mirada, dirigiéndola hacia el cenit de la cúpula del geofrente, muy cerca de donde se encontraba la gran abertura donde instantes antes había ingresado ese monstruo. Se dirigió rápidamente en esa dirección hasta quedar justo debajo de la abertura, viendo hacia el cielo gris azulado que se veía a lo lejos. La unidad hizo el ademán de estirarse y arquearse levemente mientras algo parecía abultarse en la espalda de la unidad 02.

-¡¿Cómo se encuentra Asuka?!-. Pregunto Misato.

-No lo sabemos Mayor, aun seguimos sin contacto con el "entry plug"-. Le respondió un operario.

-¡¡¡Maldición!!!-. Bramo Misato ante la ignorancia de lo que le pasaba a Asuka. Decidida a no perder a su pupila como había perdido antes a los otros dos pilotos ella grito. -¡¿No tenemos algún informe de las gráficas?!-.

-No Mayor.

-¡Mierda!. ¡Sigan intentando averiguar si MAGI puede…!

-¡¿Pero que demonios está pasando?!-. Interrumpió bruscamente con esa exclamación la doctora Akagi al ver como de esas abultadas protuberancias emergían lentamente brillantes, finos y largos filamentos que parecían apuntar en distintos sentidos, emulando a una rosa de los vientos. Una vez que alcanzaron estos una determinada longitud, estos rápidamente se desplegaron, revelando una característica de la cual los Evas no habían sido originalmente dotados. A pesar de que todos pudieron observarlo, nadie tuvo el valor de describir lo que veían, salvo la voz de un hombre mayor quien asombrado pudo decir lo que estaba pasando.

-¡Un Eva alado!. Eso… eso es imposible.

Varios de los allí presentes se voltearon para observar al viejo profesor Fuyutsuki, quien asombrado se había levantado de su puesto, viendo boquiabierto la escena mientras aun trataba de darle crédito a lo que estaba siendo proyectado en las gigantescas pantallas. Ello mientras la Mayor Katsuragui miraba de reojo el rostro imperturbable del Comandante, quien desde hacía un buen rato se había mantenido completamente al margen de todas las acciones, y esta vez no parecía ser la excepción.

"¿Qué estará pensando ese sujeto?. ¿Estará esto dentro de sus planes, o dentro de los planes de SEELE?".

-Maya, infórmame de si el Evangelion exhibe alguna clase de patrón anormal-. Pediría la doctora a su fiel asistente.

-Negativo doctora, el Eva no manifiesta ningún patrón anormal.

-¿Qué se supone que deba significar eso?-. Preguntó Misato a Ritsuko, retornando a su deber principal de comandar el combate. La blonda doctora sin embargo, le respondió seriamente a su amiga con la única respuesta que tenía.

-No lo sé Mayor, realmente, no lo sé.

El rugir furibundo del Evangelion retumbaba por todos los rincones del geofrente mientras enseñaba sus dantescas alas desplegadas. De improvisto, la criatura agito brevemente sus alas levantando una ventolera en el normalmente calmo interior del geofrente y luego de dar un salto se elevó, ascendiendo velozmente por la abertura.

-¡El Eva está huyendo!-. Grito un operario.

-¡Está por llegar a la superficie!-. Informo otra operaria.

"Es imposible". Fue el leve murmullo que susurró el silente Vice Comandante. Mientras que algunos metros más abajo, Misato formuló para sus adentros una vieja pregunta que siempre la descolocaba en situaciones como estas:

"¿Qué clase de seres son en realidad los Evas?

Mientras tanto, podía vislumbrarse en la superficie de ciudad fortaleza que desde la boca del gigantesco cráter comenzaba a emerger esta indeterminable criatura, quien con un nuevo batir de sus alas se dio impulso para proseguir su ascenso a los cielos con una fuerza todavía mas inusitada que antes, llegando incluso a escapar de la atmósfera y lanzarse hacia la abierta inmensidad del espacio. Ello mientras que a millares de kilómetros de allí, un artefacto detenía abruptamente su incesante marcha por el cosmos. La doble punta de uno de los extremos de la "Lanza de Longinus" se enroscaron hasta llegar a unificarse, ello mientras el otro extremo que se encontraba fusionado procedía a separarse y a revelar una doble punta. Ya completamente reconstituida, la lanza devolvió su camino, redirigiendo su rumbo con fuerza hacia un pequeño y lejano planeta azul.

______________________________________________

En algún rincón dentro del ser del Evangelion, una radiante presencia de características cuasi angelicales aparecía levantando el cuerpo inerte de Shinji Ikari, abrazándolo con fuerza pero a la vez con inusitada ternura en una escena que descolocaba a Asuka. Ese ser casi la había aniquilado con su fuerza, y ahora veía como su amada abrazaba a ese chico de la misma forma en que se abraza al ser amado cuando este ha retornado luego de una larga ausencia. Asuka no podía entender la escena, incluso estaba sintiendo grandes e inauditos celos. Sin embargo y de alguna manera, ella le hablo en una tonalidad inusualmente emotiva para ella, un tono que sabría demasiado amargo.

-Lo siento Asuka, pero yo… yo no podré cumplir tu promesa.

-¿Qué… que quieres decirme con eso?

-Eres un ser libre, libre como yo jamás podré llegar a ser. Siempre has tenido la voluntad para luchar y salir adelante. Me has enseñado muchas cosas, cosas por la cual te estaré por siempre agradecida. Cosas que por desgracia ya no podré seguir viviendo.

-¡¿Qué es lo que me estás diciendo Rei.?!. ¡¿Por qué hablas como si te estuvieras marchando?! ¡¡¿Por qué?!!

Con más lagrimas recorriendo su gracioso rostro fue como ella dio una triste respuesta mientras seguía abrazando, ahora con un dejo de dolor en su rostro, el cuerpo del pequeño Ikari.

-Adiós Asuka, gracias por todas las cosas que me has enseñado… Y sobre todo, gracias por amarme, y por enseñarme a amar.

Y tras decir aquellas palabras, dicha fémina se volteó para contemplar a esa incrédula chica pelirroja, mirándola con dulzura en sus carmesíes ojos a la vez que ese rostro delicado parecía resplandecer con una fuerza que las lágrimas no lograban opacar, mientras la presencia pronunció sonriente en medio de esta interna agonía las que fueron sus últimas palabras.

-Te amo Asuka.

El corazón de la chica colorina se aceleró al máximo de felicidad gracias a aquellas sublimes palabras, pero también fue presa fácil de la angustia cuando dimensiono el contexto de aquella sublime frase, el triste contexto de una despedida. Olvidando el dolor físico y la perplejidad de su corazón ella corrió intentando retener a su amor y expresarle cuanto quería estar para siempre con ella, antes de que este se marchara para siempre mientras gritaba con todas sus fuerzas: "No". Pero por mas fuerte que gritara y por mas rápido que corriera nunca logró llegar donde ella y su rostro sereno bañado por las lagrimas.

Una gigantesca explosión estallo en ese lugar, mandando a volar muy lejos a la segunda elegida, como el papel que sin resistencia es aventado por una ráfaga huracanada mientras ella veía desaparecer de su vista a Rei y a todo el escenario. Esperando caer en algún lugar, cerró los ojos y decidió esperar con los ojos cerrados el impacto. Sin embargo, el golpe nunca llego, inclusive y de súbito, todo ceso.

Ante la abrupta calma, Asuka abrió los ojos, sorprendida de verse otra vez en el interior del "Entry plug" de su Evangelion. Pero ello no fue lo único que impactó a la segunda piloto, de hecho, lo que de veras impacto a la joven muchacha fue lo que pudo ver en las imágenes exteriores del Eva.

Frente a ella podía vislumbrar como de las carnes de su Eva se desprendía violentamente esa blanquecina mancha rugiendo un bramido que estaba allí y que no pudo escuchar. El ángel resplandecía en medio de la infinita oscuridad del espacio, mientras la Tierra giraba a sus pies, y sobre su cabeza la Luna creciente se revelaba en todo su esplendor. Rápidamente ella entendió que él ángel se había apoderado de la unidad primera y que Rei se había quedado en el interior de dicha unidad. Pero… ¿Por qué ella lo hizo?. ¿Qué era lo que pretendía Rei?. ¿Y como es que ella había logrado llegar hasta allí?...

Fue entonces que todas las imágenes de los sucesos recientemente acaecidos retornaron a su mente y pudo entender el porqué del triste tono de despedida de su amada. Rei moriría para vencer al ángel y así salvarla a ella y a toda la humanidad. Dicha conclusión aterrorizo a la joven pelirroja. Su alma jamás se perdonaría si dejaba partir a quien inconscientemente le había enseñado una nueva razón para seguir adelante, su espíritu no estaba dispuesto a dejar partir a quien le había enseñado a ser mujer, y su corazón no estaba dispuesto a perder a la única persona a quien amaba. Y con todas sus fuerzas Asuka gritó su rebelión contra este injusto desenlace.

-¡¡¡Noooooo…!!!

No podía aceptar esto. El perderla sería su insoportable golpe de gracia, volver a vivir sola seria una enloquecedora condena, era preferible morir que la vida sin ella. "¡Al carajo con el mundo y los demás!", se dijo a sí misma. Si para luchar y triunfar habría que sufrir en demasía para terminar siendo un alma solitaria muriendo en vida, eso no podía ser una vida, eso era un error, un suplicio inaceptable para cualquiera. Ella quería vivir, y quería hacerlo por siempre junto a esa chica, sin ella la vida no tendría sentido. Y con esto, su resolución ya estaba tomada.

Antes de que el enemigo se desprendiera completamente del Eva 02 Asuka busco retenerlo mientras llamaba con desesperación a su compañera.

-No te marches Rei. Yo te amo… Escúchame Rei… ¡¡¡Yo te amo!!!. ¡¡¡No me dejes sola. No quiero estar sola. Quiero estar contigo!!!. ¡¡¡No me dejes!!!.

No obstante sus suplicas y por más que trato de asirse con vehemencia al ángel, este se separó completamente de ella antes de vagar, quizás, hacia algún lugar del infinito espacio.

El brazo del Eva rojo quedo allí estático pretendiendo alcanzar su anhelo, mientras en su interior su piloto bajaba lentamente el brazo y tristemente agachaba mirada para dejar correr libremente sus lágrimas por el terso rostro de esa chica, quien parecía condenada a tener que acostumbrarse para siempre a saborear el amargo sabor de la soledad; la misma que desesperadamente había luchado eternamente por evadir y que pareció desterrar el día en que aprendió a conocer y a aceptar a esa chica. Pero ahora que ella también la había dejado ya no había nada que pudiera importarle a esa joven y desconsolada muchacha.

Pero el siempre inescrutable destino aun le tenía reservada para ella una última sorpresa.

________________________________

Continuará…

________________________________