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Al ver que el trapo estaba cubierto de aceite, Chen Jianmin cerró la tapa de la botella vacía y volvió a colocar la botella dentro de la bolsa de papel de aceite.
Cuando los niños lo vieron hacer esto, sintieron curiosidad y lo miraron con atención total, sin saber que recibirían una lección inolvidable de ello.
Luego recogió el trapo con la regla que estaba en el escritorio de la profesora y lo arrojó a los niños.
Cuando el trapo cayó en la cara de uno de los niños, gritó —¡Puaj! ¿Pero qué demonios estás haciendo? ¡Este trapo es para limpiar el suelo!
Sintiéndose asqueado, tiró el trapo y cayó sobre otro niño. Este niño también tiró el trapo y dio golpes furiosos en su ropa sucia. De esta manera, el trapo pasó de un niño a otro, y finalmente cayó al suelo.
