—El Abuelo Feng extendió su mano y frotó suavemente la cabeza de su nieto, y dijo: «Ah Lin, tú eres la única esperanza de nuestra familia Feng. No importa lo que suceda en el futuro, tus abuelos te protegerán. Así que, levanta la cabeza y camina con confianza».
—Feng Lin asintió y dijo firmemente: «Abuelo, no te decepcionaré a ti ni a abuela. Dejaré que todos sepan que yo, Feng Lin, puedo daros una buena vida a ambos».
—La Abuela Feng se sentó al lado y lloró en silencio. Sabía que su marido y su nieto estaban decididos a cortar lazos con su hijo, Feng Chen.
Como madre, sería mentira si dijera que no estaba triste por lo sucedido. Pero como esposa y abuela, no podía culpar a su marido y a su nieto por tomar esta decisión. Después de todo, el culpable es su hijo desobediente.
—Dong Li suspiró profundamente y preguntó: «Abuelo Feng, ¿cómo te sientes?».