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Después de cubrir el compartimento con piedras y hierba, Li Chenmo volvió a casa como si nada hubiera pasado. En cuanto se lavó la suciedad de las manos y la cara, vio a su esposa salir del almacén subterráneo.
Este almacén subterráneo fue descubierto mientras hacían vino recientemente. Quizás porque el patio de su casa fue construido hace cientos de años por los ancestros de la familia Li, hay varios almacenes subterráneos e incluso una bodega de hielo.
Cuando se enteraron de esto, Lu Jueyu fue la más feliz. Con los almacenes subterráneos, pueden almacenar comida, vinos y otras cosas. También pueden usar esto como una tapadera cuando los aldeanos comiencen a dudar de su suministro de alimentos. En el peor de los casos, los llevarían directamente a ver los almacenes para eliminar sus sospechas.
Al ver que su marido había vuelto, Lu Jueyu dijo:
—Marido, has vuelto. ¿Has terminado tus asuntos con mi hermano?
Li Chenmo se acercó a su esposa, se inclinó para besarla y preguntó:
