El proceso de volver a convertir a Silas en humano era bastante peligroso. Después de todo, su cabeza tenía que ser primero reattachada a su cuerpo antes de que pudieran inyectarle el suero más fuerte.
Si le inyectaran el suero antes de que su cuerpo estuviera unido a su cabeza, esas dos partes separadas recuperarían su forma humana, haciendo imposible fusionar esas dos partes de nuevo sin la fuerza regenerativa de una forma vampírica.
Lamentablemente, había un riesgo que venía con el proceso. Por una parte, Silas perdería su actual pensamiento humano y volvería a la personalidad demoníaca y vampírica. Atacaría a cualquiera a la vista y si no se controlaba adecuadamente, podría resultar en lesiones, muertes o peor― más vampiros.
Por lo tanto, solo había una persona que podía llevar a cabo este proceso de forma segura.