"¿Perdona? —exigió Leonora, parpadeando en confusión, sus oídos enrojeciéndose ante la inesperada pregunta—. ¿De qué estás hablando?
—¿Tienes sentimientos por el Comandante Jonah? —preguntó Silas, una luz inmoral en sus ojos mientras comenzaba a hacer lo que los hermanos menores hacen mejor, incluso cuando son cabezas incorpóreas, que es provocar a sus hermanas—. ¡Veo que has estado guardando secretos de mí! Ooooooh oooooh oooooh, ¡estás enamorada! Te gusta ééééél... ¡ack!
Leonora golpeó su boca con la mano seca para callarlo, y Silas se encogió de dolor, dirigiendo sus ojos tristes hacia Daphne en busca de ayuda. Mientras tanto, Zephyr voló de sus brazos y se sentó presuntuosamente sobre su cabeza.
—Asqueroso —dijo Leonora.