—Atticus apretó los dientes al ver a ese diminuto pollo soportar la ráfaga de llama con un grito aterrorizado. ¡Si tan solo el dragón hubiera esperado unos segundos más para atacar! —Su arma acababa de ser completada, y no había mejor momento para que él la usara, pero ese estúpido reptil sobredimensionado tuvo que abrir la boca y escupir llamas. No había nada que Atticus pudiera hacer por Zephyr en este punto, excepto rezar mentalmente para que no sufriera demasiado dolor antes de morir en un ardiente fallecimiento.