—Es mi esposa —confesó Lucien Seibert—. Francisca Seibert es la que… suministra las gemas a Jean Nott.
Jonás aspiró un suspiro de aire frío a través de sus dientes, sus cejas subiendo un poco en su frente por sorpresa. Se había preparado para todo tipo de nombres, habiendo pensado en una lista de sospechosos que podrían ser parte de la decadencia en la corte de Atticus. Sin embargo, no había pensado en la posibilidad de que fuera una mujer.
Ahora que lo pensaba, Francisca Seibert era una persona imponente. Era una empresaria más astuta que su esposo: gran parte de los negocios de la familia Seibert eran administrados por la Marquesa, no por el Marqués. Lucien Seibert era más un mascarón que nada en comparación con los logros de su esposa.
Esa era una de las razones por las que Atticus no había querido casarse con Francisca Seibert a pesar de la presión de la corte.