Aunque la gente no estaba interesada en la restauración de reliquias culturales, habían adquirido cierto conocimiento sobre ello de antemano porque iban a colaborar con la Familia Heninger. Hace seis años, un pergamino dañado que los profesores no habían podido restaurar, fue eventualmente restaurado por una chica que se hacía llamar "Doctora Faces". Además, ella utilizó un método único que no dejaba rastro de la restauración, lo que causó bastante revuelo en el campo en ese momento.
Sin embargo, nunca esperaron que la chica resultara ser Zora Hughes.