"El cuchillo ya había sido envenenado. Ella iba a morir más temprano o más tarde de todos modos, así que mantenerla viva unos días más le permitiría saborear la agonía de estar envenenada.
—Caleb Mamet, eres despiadado, carente de humanidad, ¡y estás destinado a una muerte horrible! —Al ver a su hija desplomarse en el suelo con sangre saliendo de su boca, la Sra. Woods gritó como una loca y sacudió las barras de hierro.
Caleb le echó una mirada indiferente.
Ya había escuchado tales maldiciones innumerables veces antes, pero él todavía estaba vivo en este mundo, mientras que todos aquellos que se oponían a él encontraban un final miserable.
Caleb se levantó elegantemente mientras la Sra. Woods lo miraba con un odio feroz, rechinando los dientes. Después de un rato, sus labios temblaron y estalló en una risa enloquecida.
—¡Caleb, eres cruel e implacable! ¡Si Xaviera Evans supiera qué tipo de persona eres, tendría miedo! ¡Y te dejaría para siempre! —le espetó.
