—Señora Mamet, ¿su hermano Wade Green quiere matar a su hijo Caleb Mamet, o intenta arruinar la reputación centenaria de la Asociación Médica?
¡La cara de Jenny Green cambió!
—¿Asociación Médica? Si tiene que ver con la Asociación Médica, va a ser problemático!
Ya sea envenenando a Caleb o intentando arruinar la reputación de la Asociación Médica, ambas acusaciones eran demasiado pesadas para que ella las soportara. Afortunadamente, fue Wade quien lo envenenó, no ella, así que mientras no lo admitiera, no tenía nada que ver con ella.
—La Asociación Médica ya ha proporcionado pruebas. ¡Wade Green! Tu intento de asesinato es irrefutable. Deberías hablar con la policía. Pero es una lástima... que pasarás el resto de tu vida en prisión —habló indiferente Xaviera Evans.
Wade Green temblaba como un tamiz.
Aún no se había casado ni tenía hijos, y así entraba en prisión, su vida estaba completamente arruinada.
—¡Xaviera Evans! —gritó con ira Jenny Green.
