El corazón de Xaviera Evans dio un vuelco:
—¿De qué estás hablando?
En este momento, Page Uland realmente quería darle a Xaviera una buena paliza para que recordara esta lección.
No sabía ni los efectos secundarios de hacer esto, pero se atrevió a usar su sangre para salvar a alguien. Tan pronto como lo hiciera, la otra persona sería capaz de oír sus pensamientos.
Además, con el paso del tiempo, las vidas de ambos se entrelazarían estrechamente.
Esta tonta chica, aunque se casara con Caleb Mamet, no podía arriesgar su vida de esta forma. Si después se arrepentía, no habría vuelta atrás.
La cara de Page Uland se oscureció, justo cuando estaba a punto de recordárselo, Xaviera de repente habló.
—Maestro Uland, entiendo su preocupación —dijo ella—. ¿Está preocupado de que si Caleb se entera de esto, me encarcelará y beberá mi sangre para desintoxicarse cuando esté envenenado?
Page Uland rodó los ojos.