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—¿Delirante? ¿Yo?
Xaviera Evans no esperaba escuchar un drama desplegarse justo después de que volvió detrás del escenario. Cruzó los brazos y miró a la chica que acababa de hablar, con media sonrisa en su rostro.
La expresión de la chica se congeló, recordando aparentemente los eventos que habían ocurrido detrás del escenario esa mañana. Silenciosamente retrocedió un paso y se escondió entre la multitud, sin atreverse a hacer un sonido.
Mag Evans se abrió paso entre la multitud y preocupadamente tomó la mano de su hermana —Hermana, ¿a dónde fuiste? Algunas personas dijeron que no participaste en la competencia... Hermana, ¿puedes apurarte y decirle a todos que lo hiciste? Amas el diseño tanto...
—No participé en esta competencia —Xaviera retiró su mano.
La expresión de Mag se congeló —Hermana, tú...
Sonó una mezcla de indignación y tristeza —¿Por qué, Hermana, por qué...
—¿Por qué? —Xaviera levantó una ceja. Fue, por supuesto, porque ella era jueza.