—Xaviera relató lo que acababa de suceder y dijo con enojo:
—¡Solo quería disfrutar del buen clima y divertirme en el agua. ¡Incluso me regaló un traje de baño, que es un poco revelador, pero parece bastante bonito!
—¡Espera! —Irene de repente exclamó, escupiendo un bocado de café, que salpicó la cara de Alberto, haciendo que se enfureciera y golpeara la mesa.
Irene bajó precipitadamente la voz:
—Xaviera, ¿lo dirás de nuevo? ¿El traje de baño que Caleb te regaló es muy revelador?
Xaviera aún no se había quitado el traje de baño. Fue al baño y se miró en el espejo, sus mejillas un poco sonrojadas.
—¿Quién sabía que Caleb sería tan reprimido y me daría ropa tan reveladora? —pensó Xaviera.
Irene se limpió la boca con un pañuelo:
—Xaviera, ¿alguna vez pensaste que Caleb no te dejó nadar por celos?
Xaviera se congeló.